El hórreo de Villayo: una despensa de 400 años que guarda manzanas, fabes y leña para pasar el invierno

La de Casa Golmaire, en la parroquia llanerense de Santa Cruz, es una de las construcciones tradicionales más antiguas del concejo: "Lo usamos como toda la vida y sigue funcionando muy bien"

"Sigue funcionando para lo mismo que se construyó, para almacenar la comida. Ya no tenemos tantas cosas de huerta como antes pero seguimos guardando las manzanas, las patatas, ponemos las fabas a secar y algunas riestras de cebollas", comenta José Manuel Rodríguez García sobre el hórreo de más de 400 años que tiene en su propiedad, Casa Golmaire de Villayo, en la parroquia de Santa Cruz de Llanera. Es uno de los inmuebles etnográficos de este tipo más antiguos del concejo y pese al paso de los siglos continúa cumpliendo la función para la que se levantó en su día, ser la despensa de la familia.

El hórreo data del siglo XVI. Así lo determinó la Asociación de Amigos del Hórreo Asturiano que elaboró un estudio sobre la edificación, a propuesta de la Asociación de Vecinos de Santa Cruz de Llanera, de la que también evaluaron algunas de las tallas y policromías que mostraba el inmueble y que, lamentablemente en la actualidad, son prácticamente imperceptibles a la vista. Se trata de una flor hexapétala en la parte delantera y pinturas en trabes y liño: "Está muy deteriorado y se va perdiendo", lamenta Rodríguez.

La edificación tiene 4,6 metros de largo y de ancho formando un cuadrado perfecto. El estado de la madera y los pegoyos, de piedra arenisca, reflejan el paso del tiempo mostrando partes ya muy desgastadas por la erosión del aire y el agua: "Tiene falta de arreglo pero cuesta un pastón repararlo y no están las cosas muy allá, aunque me dijeron que hay unas subvenciones que te dan una ayuda para repararlo y tendría que mirarlo a ver", señala Rodríguez, jubilado de la ganadería.

Bajo el antiguo hórreo guarda también la leña para el invierno con el objetivo de mantenerla seca para que al prender la cocina no salga el característico humo denso blanco por la presencia de agua en la madera. También algunos aperos de labranza en desuso de los que no se quiere deshacer por su antigüedad y el aprecio que les tiene tras haber cumplido su cometido en el caserío. "El hórreo lo usamos para lo que se usó toda la vida y aunque tiene más de 400 años sigue funcionando muy bien".

Para acceder al interior construyeron una escalinata de hormigón que mantienen lucida con pintura blanca y en la parte trasera guardan una escalera de madera para subir por acceder desde cualquier punto al hórreo. Esta altura, sin conexión entre el último escalón y el hórreo, mantiene lejos a los ratones de la comida, que se almacena en las mejores condiciones al ser un lugar oscuro y seco a salvo de la humedad.

Al lado se levanta otro hórreo también muy antiguo "pero de época más moderna, aunque también tiene ya sus años, pero no sabemos cuántos", resume el propietario. Rodríguez está muy orgulloso de que en su casa familiar, que data también del siglo XVI, se mantenga en pie un patrimonio etnográfico de primer orden como es el hórreo de Golmaire: "Creo que no es fácil encontrarlos tan antiguos", concluye.