El año 2015 quedará grabado en la memoria de la ruta jacobea. En el mes de julio la Unesco declaró Patrimonio de la Humanidad los Caminos del Norte. Cuatro tramos y 1.500 kilómetros, de los que 250 transcurren por la costa asturiana, y otros 311 conforman el llamado Camino primitivo, desde Oviedo a Santiago de Compostela por el interior de la región. Los dos caminos recorren 31 municipios, con Oviedo que entra en ambos tramos, y Siero y Sariego como concejos enlace.
Hay un tercer enlace, el llamado Camino lebaniego, que resulta casi fronterizo con Asturias. Es un ramal de 55 kilómetros que discurre entre la confluencia costera astur-cántabra y el monasterio de Santo Toribio, cerca de Potes.
El cuarto es el llamado ramal riojano, que conecta la frontera vasco-francesa con Santo Domingo de la Calzada y se une al Camino francés.
Otro Camino asturiano quedó fuera de la declaración de Patrimonio de la Humanidad. Es el Camino del Salvador, que une León y Oviedo a través del puerto de Pajares. La ausencia de una declaración como bien de interés cultural por parte de la Junta de Castilla y León dejó en fuera de juego una de las rutas más hermosas y menos conocidas.
En el año 2014 se calcula que el número de peregrinos a través del Camino costero superó los 15.000, mientras que los peregrinos por el Camino primitivo (Oviedo, Las Regueras, Grado, Salas, Tineo, Allande y Grandas de Salime) fueron algo más de 8.000. Las rutas del Norte captan sólo el 10% de los peregrinos pese al auge de la última década, y las asociaciones asturianas del Camino piden ayuda y complicidad a las administraciones para traducir esa declaración de Patrimonio de la Humanidad en un incremento de viajes y pernoctaciones. El año de mayor afluencia entre ambos caminos fue el Año Santo de 2010, con más de 25.000 peregrinos.
