La espera ha sido menos dura de lo que se temía porque la aparición de las tres primeras entregas de Uncharted con reluciente remasterización para sacarle provecho a la nueva generación de la PS4 permitió volver a disfrutar de unos títulos que hacen del videojuego un arte (como The last of us, también desarrollado por "Naughty Dog"). Auténticas películas donde el espectador se involucra a toda máquina, con guiones que superan al 90 por ciento de las cintas de aventuras actuales, momentos deslumbrantes en escenarios de civilizaciones perdidas y estimulantes toques románticos que incluían, incluso, un conflicto amoroso a tres bandas cargado de electricidad sensual y emocional en una de las aventuras.
Pero dejemos el pasado. Le quitamos la funda a Uncharted 4: El desenlace del ladrón. El logo de "Naughty Dog" arranca los motores. Nunca mejor dicho: para abrir boca, un prólogo cargado de adrenalina y algunos tiroteos en alta mar. A toda velocidad. Es un aperitivo para los impacientes porque luego la historia se tomará su tiempo en capítulos posteriores para llevarnos al pasado adolescente de nuestro héroe, el socarrón Nathan Drake, chulo como él solo pero simpático a más no poder. (AVISO: SPOILERS). Le vemos encerrado en un orfanato del que huirá junto a su hermano Sam. Importante aparición. Primeras acrobacias por los tejados , saltos imposibles y proezas de aúpa. Cuidado con el vértigo. Tras la huida, genial elipsis para encontrarnos con Drake encerrado en una prisión liándose a mamporros con uno de los presos. Otro salto en el tiempo para ver a Drake encerrado... en su casa. O sea, aburrido. Disparando con pistolas de juguete. No siempre, claro: se ha casado con la bella Elena Fisher. Cenan, se hacen arrumacos, juegan... ¡a una Play antigua! Pero aparece en escena un personaje al que se daba por muerto. Con serios problemas. Nuevo flashback, un tiroteo en una prisión para desentumecer los músculos y la misión arranca ya en el presente con una subasta dentro de una mansión en Italia en la que Drake (nosotros, vaya) demostraremos habilidades como carteristas...
Y hasta aquí quiero leer. El cierre de "Uncharted 4" no aporta grandes novedades a los títulos anteriores. Tampoco son necesarias, la verdad, pero las que hay mejoran la jugabilidad con soluciones ingeniosas. La expresividad de los personajes es extraordinaria (ya quisieran algunos actores tenerla así), la inteligencia artificial de los enemigos está más depurada y la calidad gráfica alcanza momentos insuperables a día de hoy. No voy a cortarme a la hora de desparramar elogios sobre este juego emocionante, divertido, espectacular, inesperado y con la imaginación desbocada. Guardémoslo como oro en paño. Nathan, ha sido un privilegio jugar contigo. Y... esto... Elena, ¿tienes algo que hacer esta noche?
