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¿Bourne le toca las narices a Zuckerberg?

La última película del agente desmemoriado muestra a un gurú de las redes sociales que asciende gracias a sus alianzas con la CIA

¿Bourne le toca las narices a Zuckerberg?

Cuando se estrenó "La red social" todos supimos de inmediato que a Mark Zuckerberg no le hizo gracia aquella crónica de su historia como cofundador de Facebook que Aaron Sorkin escribió para que David Fincher dirigiera con implacable frialdad. Se trataba de un retrato nada amable, desde luego, aunque tampoco era para enfurruñarse. Después de todo, era una buena película y Zuckerberg es más inteligente que W. R. Hearst, aquel magnate de la prensa que intentó aniquilar el "Ciudadano Kane" de Orson Welles que se inspiraba en su figura y sólo logró pasar a la historia precisamente por ese chusco episodio.

Hollywood no le ha vuelto a buscar las cosquillas a Zuckerberg ahora que es un poder fáctico, pero en el trepidante estreno de "Jason Bourne" hay un elemento del guión con evidentes similitudes con la figura del todopoderoso Zuckerberg: que es la comidilla de muchos blogs y foros por las sospechosas semejanzas entre uno de los personajes "grises" de la historia (está en el bando de los malos pero no del todo, y no sigo para no destripar nada). Por si las moscas, la apariencia del intérprete es radicalmente opuesta a Zuckerberg: se llama Aaron Kalloor en la ficción y está interpretado por el actor y rapero británico de ascendencia pakistaní Riz Ahmed. Vestido de manera informal y muy dinámico siempre, Kalloor es el dueño de una red social llamada significativamente Deep Dream (Sueño Profundo). Kalloor, cuyas presentaciones en público son tan efectistas como espectaculares, es una especie de mago de la tecnología al que algunas mentes malvadas de la CIA auparon a la cumbre de Silicon Valley para tener un superaliado que, con su red social, ayude a incrementar aún más el control sobre la sociedad. Espiándola. Al margen de que Zuckerberg haya sido o no fuente de inspiración para los guionistas, lo que pone sobre la mesa Jason Bourne sin olvidar su condición de brillante "blockbuster" es una cuestión que alimenta muchos debates de hondo calado aquí y allá: cómo la sociedad ha caído en una red donde los datos privados se entregan alegremente y por voluntad propia a un gigantesco Gran Hermano que se carcajea cuando le hablan de privacidad.

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