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Condiciones para retener el talento

El compendio de variables que determina la calidad de vida puede medirse. Al menos, eso fue lo que defendió en 1972 Jigme Singye Wangchuck, rey de Bután, como respuesta a las críticas de la pobreza endémica de aquel pequeño país. Según ese monarca, al Producto Interior Bruto (PIB) cabe oponer el Producto Interior de la Felicidad (PIF), un indicador que mide la calidad de vida en términos más holísticos y psicológicos que el PIB.

Según la teoría del rey de Bután, los cuatro pilares del PIF son: la promoción del desarrollo socioeconómico sostenible e igualitario, la preservación y promoción de valores culturales, la conservación del medio ambiente y el establecimiento de un buen gobierno.

¿Y el PIF de Asturias? La socióloga de la Universidad de Oviedo María del Carmen González, experta en sociología industrial y relaciones laborales, concluye que, efectivamente, "Asturias reúne unas condiciones óptimas no tanto para atraer, pero sí para retener, el talento extranjero". Semejante conclusión está avalada por el resultado de un estudio de ámbito europeo en el que colaboró la Universidad de Oviedo y que en España fijó su atención en las comunidades de Madrid y Asturias.

"Durante el trabajo de campo hablamos con muchos jefes y mandos de las multinacionales asturianas y ratificaron la hipótesis: un alto porcentaje de los extranjeros que llegan a la región por motivos laborales muestran deseos de afincarse en ella de forma definitiva", asegura la profesora de Sociología, convencida de que esta circunstancia "es un activo que influye de forma positiva, aunque no única, en la consideración de Asturias como territorio susceptible de ser elegido para localizaciones industriales".

El presidente del Colegio Oficial de Sociólogos de Asturias, Jacobo Blanco, pone en cuarentena el tópico de que Asturias "engancha" a quienes llegan a ella por motivos laborales. "El grupo de profesionales habitualmente consultados sobre esa materia es muy reducido y específico: puestos de alta responsabilidad y buenos sueldos; no es estadísticamente representativo. Que el paisaje es el mejor del mundo es opinable. ¿La calidad de vida? Pues depende de cómo la midamos y a quién le preguntemos. ¿Y el paisanaje?, pues habrá de todo, como en todas partes", reflexiona.

Blanco lanza otras preguntas para perfilar debidamente si Asturias es en verdad una Arcadia fabril o en realidad se trata de un espejismo. Esas preguntas tienen que ver con la formación de los trabajadores y si la misma se adapta a las necesidades de las empresas, la política medioambiental, los canales de exportación, la red de comunicaciones, los estímulos a la creatividad y la I+D, la existencia de bolsas de suelo a precio competitivo, el clima sociolaboral... "De las respuestas a este inventario de preguntas dependen fundamentalmente, más que de la supuesta buena calidad de vida que ofrece Asturias, las posibilidades reales de la región para captar inversiones", subraya el sociólogo.

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