El verano es una ocasión excelente para disfrutar de juegos que ya no son novedades pero que admiten una o dos oportunidades. O las que hagan falta para sacarle el máximo partido posible a propuestas que no se agotan en una sola pasada. Aquí van algunas sugerencias:
Battlefield 1: la Primera Guerra Mundial es un conflicto poco visto en los videojuegos. Casi nada, más bien. Está claro que no es un escenario para los que busquen armamentos sofisticados pero sí para quienes deseen probar un tipo de combate distinto, donde el factor humano se impone sobre la maquinaria ultramoderna. Es cortito como campaña pero muy, muy intenso y con momentos espectaculares.
Rise of the Tomb Raider: Lara Croft a la carga en una aventura de extraordinaria viveza y originales peripecias en las que la acción y el ingenio se dan la mano para proporcionar un buen número de horas moviéndose por parajes sorprendentes, decorados inquietantes y sorpresas de gran calado. Diversión a raudales con variantes de lo más suculentas y un personaje central carismático y resolutivo a más no poder.
Ghost Recon, Wildlands: A diferencia de Battlefield 1, aquí el armamento es último modelo, pero hace falta algo más que ingeniería de primer nivel para salir airoso de las situaciones de peligro extremo que propone un título donde la acción prima sobre todas las cosas. Amplio parking de vehículos de todo tipo y malvados carismáticos a los que ponerles las fosas difíciles. La adrenalina manda, aunque nunca viene mal algo de astucia antes de tomar decisiones.
Uncharted: cualquiera de las entregas merece nuevas oportunidades porque los cuatro títulos rebosan imaginación, vigor narrativo y talento para llevar a Nathan Drake a aventuras donde los personajes son algo más que monigotes, incluyendo incluso dilemas amorosos. El segundo título sigue siendo insuperable pero el resto son una apuesta segura por el entretenimiento variado y adictivo en el que las escaladas, movimientos acrobáticos y carreras desenfrenadas por tejados y carreteras se mezclan con peleas rotundas y pruebas de habilidad e ingenio. Imprescindibles.
The Legend of Zelda: Breath of the Wild es la mejor forma de sacarle todo el partido a la Nintendo Switch. Un mundo abierto por el que el jugador se mueve con entera libertad tomando decisiones y enfrentándose a todo tipo de criaturas. Un prodigio de interactividad que obliga a tomar decisiones sin que nadie te imponga el camino a recorrer. Horas y horas de diversión a toda marcha. ¿Preparados para la gran aventura?
