En 1997 Skoda, el fabricante de automóviles checo peteneciente al grupo Volkswagen, lanzaba al mercado el Octavia, una berlina del segmento C de bajo coste y accesible para todos los públicos. Se trataba de un modelo clave, que sirvió para aumentar las ventas de la marca a la vez que iba evolucionando hasta convertirse en un producto refinado y pulido que, con toda seguridad, puede presumir de ser uno de los vehículos del mercado con mejor relación calidad/precio al que se puede acceder a día de hoy.

En la actualidad se comercializa la cuarta generación y, al igual que las anteriores, está disponible en dos formatos de carrocería, berlina tradicional o combi (familiar). Una vez en el habitáculo se aprecia a primera vista que se trata de un vehículo muy tecnológico y bien dotado, de líneas suaves y limpias que acentúan el espacio interior disponible, no en vano, se trata de uno de los más amplios del segmento, incluyendo un gran maletero de 600 litros de volumen de carga, 640 en la versión combi.

Puesto de conducción, salpicadero con gran pantalla táctil y consola central.

La gama de propulsores es amplia y variada. En gasolina puede escogerse entre los motores 1.0 TSI de 110 CV, 1.5 TSI de 150 CV. o el 2.0 TSI de 190 CV. Los dos pequeños de gasolina (110 y 150 CV) también están disponibles con un sistema de hibridación ligero y por lo tanto con la etiqueta ECO de la DGT.

En diésel, el motor 2.0 TDI está disponible en tres potencias, 116, 150 y 200 CV. Una variante de gas natural (GNC) de 130 CV y un híbrido enchufable RS de 245 CV completan la gama. Tanto en gasolina como en diésel los consumos son muy reducidos, en función del propulsor, existe cambio manual de 6 velocidades o automático de 7, así como tracción delantera o total.

En acabados, además de la versión campera Scout y la deportiva RS, se ofrecen tres niveles de equipamiento: Active, Ambition y Style. Los precios parten de los 19.300 euros.