Calles vacías, bares y comercios sin apenas gente... El primer día de alerta naranja en Langreo y San Martín del Rey Aurelio, que se suman a la declarada el viernes en Laviana, ha estado marcado por un claro descenso de la actividad social. Unas restricciones que han terminado de vaciar los bares de la zona. “La gente piensa que la alerta naranja significa no salir de casa”, asegura Ángel Cabricano, propietario de una sidrería “no se dónde va a acabar esto, pinta muy mal”. En los establecimientos con terrazas muchas mesas se han ido llenando a lo largo de la mañana. "El problema va a ser cuando llueva porque la gente es reacia a estar dentro", lamenta Marta Beatriz Álvarez. En su local pegado a la plaza de abastos el cierre de la barra la conllevado un descenso en los clientes, "que venían a tomar un café rápido". La alerta naranja también se deja sentir en los comercios, sobre todo los de vestido y calzado. Yolanda González se muestra rotunda: “La gente consume lo necesario y nuestros productos no son una prioridad”.