El legado de un «poeta honesto»

Langreo,

Lucía CORTINA

Enfrentarse a un folio en blanco para plasmar uno de los hechos más trascendentes acontecidos a lo largo de la vida no es tarea fácil, y menos cuando se tienen 10 años. Los alumnos de quinto y sexto curso de Primaria de los colegios Eulalia Álvarez, de La Felguera, y de Nuestra Señora del Rosario, de Sama, lograron hacerlo, impulsados por la trayectoria vital y literaria del poeta langreano Alberto Vega. Los también escritores Javier Cellino y Ricardo Labra fueron ayer los encargados de acercar su universo a los escolares langreanos, durante la celebración de los II Encuentros con la Poesía «Alberto Vega», actividad organizada por la Fundación Marino Gutiérrez Suárez.

El escritor langreano, fallecido en 2005, fue un «poeta honesto», que durante décadas defendió un tipo de poesía, la urbana, en la que describía ciudades, su paso por ellas y las situaciones cotidianas que sucedían en estos espacios. Éste fue uno de los principales rasgos utilizados por Cellino en la descripción efectuada ante un grupo de veinte atentos alumnos de quinto del centro de La Felguera. Una de sus mejores armas era la ironía, con la que, según contó Javier Cellino, «se reía sin molestar a nadie de los ejecutivos con sus maletines o de los políticos y su preocupación por su propio beneficio».

Tras mostrar a los estudiantes algunas pinceladas del modo de escribir y los temas utilizados por la figura en torno a la cual se organizan estas jornadas, propusieron un reto a los alumnos: componer unos versos relacionados con la afirmación «El recuerdo de ayer y un sueño son la misma cosa», título de uno de sus poemas. Un juguete, la primera comunión o la imagen del abuelo viendo el Madrid-Barça en televisión fueron algunas de las imágenes que los jóvenes poetas recogieron en sus versos.

La literatura de Alberto Vega también sirvió de hilo conductor para acercar a los alumnos a textos de Ángel González, de Ricardo Labra y Javier Cellino, y a la figura de Marino Gutiérrez. Paula Granados, viuda del poeta y colaboradora en la organización de los encuentros, no duda en afirmar que a Vega «le habría gustado muchísimo esta actividad, ya que él mismo participó en varios talleres literarios en colegios». Para el autor langreano, transmitir a sus lectores las cualidades de la poesía era, según cuenta Paula, «su mundo y su vida».