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José Tartiere, presente en la ciudad

El primer conde de Santa Bárbara cuenta con un monumento ubicado en el paseo de los Álamos que fue realizado por Víctor Hevia y Manuel Álvarez Laviana

Monumento a José Tartiere en el paseo de los Álamos de Oviedo. LNE

Se habla ahora en Oviedo sobre la restauración del monumento a José Tartiére, ubicado en el Paseo de Los Álamos del Campo de San Francisco, con un enorme valor artístico, frente a la arteria principal de la ciudad, la calle de Uría, un lugar privilegiado dentro del casco urbano.

Este extraordinario monumento por su tamaño y simbolismo, fue realizado tras el concurso convocado por la Diputación de Oviedo, en septiembre de 1930 y que se saldo con la adjudicación del trabajo a los escultores Víctor Hevia Granda y Manuel Álvarez Laviana.

Tras la muerte de Tartiére un grupo de amigos y familiares, a través de una comisión pro-monumento, presidida por Nicanor de las Pumariño y contando como vocales con Francisco Castañón, Eustaquio Fernández Miranda y Juan Antonio Onieva, impulsaron la realización del conjunto escultórico.

El entonces alcalde de Oviedo, Félix Miaja Azcárate, recibió a la comisión y escuchó sus peticiones. La suscripción que se abrió para erigir el monumento recibió 3.035 aportaciones que sumaron poco más de 224 pesetas.

Según los expertos, ésta obra supuso una clara renovación respecto a los monumentos realizados en la época de la Restauración, tanto por la apariencia geométrica de la estructura, de orientación Déco, basada en prisma trapezoidales escalonados, con una triple venera en el centro, como por la depurada y expresiva síntesis que lograron Víctor Hevia y Manuel Álvarez Laviana.

El monumento no se inauguró hasta 1933. Días antes, Álvarez Laviana dio a conocer tres de las cuatro figuras de obreros que lo coronaban en la Exposición Nacional de Bellas Artes.

Con anterioridad a la realización del monumento de Oviedo se inauguró en Lugones, en 1928 un busto del más ilustre personaje y benefactor de la localidad, que fue primer conde de Santa Bárbara.

En este caso, la escultura era propiedad de la factoría de la Sociedad Industrial Asturiana (Fábrica de Metales), y su autor también fue el escultor Víctor Hevia.

Ante la fragmentación de la empresa, en mayo del 2003 la nueva localización de este busto pasó a ser la mejor de las posibles: el Parque de la Paz.

La empresa Laminaciones de Oviedo y Córdoba (LOCSA), donó la escultura al Ayuntamiento de Siero. La compañía encargó previamente un informe valorativo al profesor Enrique Serrano, que tasó la obra en unos 100.000 euros. También fueron muchas las ciudades y villa asturianas que bautizaron sus calles con el nombre de José Tartiére. Lugones le dedicó dos calles. La primera de ellas con el nombre de José Tartiere Lenegre se extiende desde el Cruce Viejo hasta la estación de ferrocarril.

Fue la principal calle hasta que se abrieron otras con más longitud y que ahora al crecer el pueblo se han convertido también en céntricas. La segunda, bautizada como Avenida del conde de Santa Bárbara de Lugones, define la vía por parte del Cruce Nuevo siguiendo el tramo de la carretera de Avilés hasta el límite con el concejo de Llanera.

Entre las calles de otras localidades que llevaron el nombre de José Tartiére hubo una en la villa de Navia, que desapareció del callejero en el año 1999.

Seguramente fue por ignorancia de la importancia que tuvo para Asturias un personaje tan ilustre como José Tartiere. La corporación municipal, presidida entonces por Manuel Bedia, acordó que pasara a llamarse Álvaro Delgado, pintor vinculado a Navia.

La carta dirigida en su día al alcalde Bedia por Camino Tartiére, tercera condesa de Santa Bárbara de Lugones, expresando su disgusto ante la retirada de la calle a su antepasado, recibió la callada por respuesta.

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