Tras agotar sus lienzos durante la posguerra, a Evaristo Valle no le quedó otra que recortar sus cuadros de mayor formato para aprovechar la tela de los márgenes. Famoso por su carácter meticuloso y obsesivo, el conocido pintor asturiano también tenía la manía de repintar una y otra vez sus obras, empeñado siempre con la idea de una tonalidad específica o de un ambiente completo que tardaba meses o años en alcanzar. Por eso, bajo muchos de los cuadros conocidos de Valle, están ocultas otras dos o tres versiones que empiezan a ver ahora la luz gracias al museo gijonés que lleva su nombre, que se ha servido del archivo fotográfico del artista -que documentó buena parte de las modificaciones de su colección- y de la ayuda del Museu Nacional d'Art de Catalunya, que ha realizado varios estudios radiográficos y reflectografías con infrarrojos para desvelar el diseño que se esconde tras las capas de pintura superiores.
"Resultó que algunas obras que creíamos perdidas llevaban todo este tiempo ocultas bajo los cuadros que sí conocemos", indicó ayer la comisaria de la nueva exposición en el Museo Evaristo Valle, Gretel Piquer. La muestra, que se inaugura mañana a las 13.00 horas bajo el título de "Valle, revelado", reúne once de las creaciones del pintor junto a una numerosa colección de fotografías y recreaciones del proceso creativo que llevó hasta ellas. Una de las más debatidas, "Las abuelas", preside en solitario un pequeño salón del museo. Se expuso al público por última vez en 1929, en la Exposición Internacional de Barcelona, y nunca había estado disponible en Asturias. El museo catalán ha firmado la cesión durante cinco años prorrogables.
Esta pieza es un ejemplo perfecto del "arte oculto" del gijonés. Aunque a simple vista el espectador observe a dos ancianas sentadas en un verde campo de aldea, la versión original era un cuadro que llevó como título "Familia aldeana" y en el que figuraban -en sus dos versiones- una pareja de campesinos rodeados de niños. Valle, facilitando sin querer la labor de los investigadores que le estudiarían décadas después, fue dejando "pistas" de estas modificaciones. "En este cuadro, por ejemplo, uno de los niños se convierte en un tronco de madera, pero si te fijas de cerca aún puedes verle los pies", concretó Piquer.
Lo de recortar los bordes de lienzos más amplios se ejemplifica en la nueva exposición con las diversas versiones de su conocido "Pierrot". "Creemos que el retrato a cuerpo completo se basó en un personaje concreto, un actor llamado Juan Saldaña. Luego Valle modificó sus expresiones para crear a su personaje. En su versión final el lienzo está recortado y al fondo hay un gran campo de hortensias", afirmó la comisaria.
El pintor también reutilizó otro retrato de cuerpo completo de su hermano, Antonio del Valle, aunque del lienzo original el artista decidió mantener finalmente solo un primer plano de su rostro. "Se conservan trozos de tela de los bordes y, junto a las fotografías del cuadro antiguo, hemos podido recrear cómo era este cuadro en su tamaño real", agregó Piquer. Bajo otro cuadro conocido del pintor, "Carnavalada", se esconde también otro retrato, en este caso el de una maja que podría haberse basado en el rostro de su madre. "Pero cuando hicimos la radiografía vimos que parte de la ropa de la maja no se corresponde con la versión de las fotografías, así que lo más probable es que también esta pieza hubiese pasado por al menos tres versiones distintas", explicó la experta, que destaca haber habilitado un espacio reservado en el museo para las fotografías de obras de Valle aún por encontrar y que podrían estar en casas de particulares.
La nueva exposición podrá visitarse hasta finales de septiembre del año que viene.
