Castropol,

T. CASCUDO

La almeja no es el único caballo de batalla del Centro de Experimentación Pesquera de Castropol, sino que comparte protagonismo con el erizo y el pulpo. El problema es que mientras con la almeja y el erizo se han logrado resultados y ha sido posible su uso para la repoblación del medio natural, el pulpo (en la variedad «Octopus vulgaris») se les resiste a los investigadores.

«Se logró cerrar el ciclo y conseguir ejemplares adultos en cautividad pero el problema es que su supervivencia es bajísima», explican. Los trabajos han logrado la supervivencia de las crías durante 30 días, pero a partir de ahí el índice de mortalidad aumenta de forma considerable. El objetivo final de poder cultivar pulpos en cautividad y apostar por su uso como especie de acuicultura está lejos.

Más exitoso ha sido el proyecto llevado a cabo con el erizo -conocido como oricio- y en el que Asturias trabaja de forma conjunta con Galicia, Cantabria, Cataluña, Andalucía, Canarias y Murcia. Cada año salen del centro unos 6.000 ejemplares de erizo con los que se está repoblando la franja costera de Tapia, elegida por criterios de cercanía al centro y abundancia de macroalgas

El objetivo es recuperar la población en el medio natural, a tenor de la elevada demanda que tiene el producto entre el consumidor asturiano. En este sentido también investigan cómo mejorar la calidad y tamaño de la gónada (la parte comestible de característico color naranja).