Viacoba (Tapia de Casariego)

A Lota, Xardón, As Camineras y Campón. Son las cuatro casas más antiguas de Tapia, según los datos de Fabián García. Él nació en la última, a la que le calcula una antigüedad de más de 700 años. Las paredes de esta casa fueron testigo fiel de su vida, primero dedicada al campo y finalmente a la hostelería.

Este tapiego de Viacoba nació el 18 de enero de 1836. De niño fue a la escuela a Tapia y también a clases con el maestro Lavandera. Tenía dieciséis años cuando abrió en Tapia el Instituto Laboral (hoy instituto de educación secundaria Marqués de Casariego) y García acudió a las primeras clases. No obstante, su padre quería que le echara una mano en casa y frustró su sueño de convertirse en abogado.

Empezó trabajando en casa, atendiendo la media docena de vacas que tenían y las tierras que labraba su familia, hasta que un buen día decidió dedicarse a la trata de ganado para lograr algún dinero extra. Pronto se hizo con una clientela fiel por toda la comarca. Empezó a tratar ganado a mediados de la década de los sesenta y viajaba a Torrelavega, localidad cántabra famosa por su mercado de ganado.

Fabián García viajaba a Torrelavega con unas cuantas reses de carne que vendía o intercambiaba por vacas de leche (vacas de vida, como él las conoce). Recuerda que por aquel entonces la venta de una pieza se cifraba en torno a las 25.000 de las antiguas pesetas. Solía viajar a tierras cántabras la víspera del mercado, hacía noche allí y madrugaba para realizar las compras. Una vez cerrada la operación regresaba a casa. Era un viaje largo y cansado de alrededor de seis horas, el doble de lo que se tarda actualmente.

«Cuando hice el primer viaje para comprar, fui a vender hasta Lorenzana para hacer clientes. Después a última hora venían a comprar a casa. En una semana vendía todo lo que traía», precisa. La vaca que solía traer era la pinta holandesa, que tenía mucho éxito por la zona. Fue precisamente en esos viajes a Torrelavega donde conoció a su actual mujer, Tinina Peláez. La madre de Tinina, María Argentina Rodríguez, fue la impulsora de Casa Tina, un bar de comidas muy conocido en La Espina (Salas).

Tinina y Fabián se conocieron en 1971 y un año después ella se trasladó a Tapia con su marido, ayudándole con el cuidado del ganado. En los setenta Tapia vivía su boom turístico lo que, unido a la buena mano de Tinina para la cocina y a que el mercado del ganado empezó a resentirse, animó a esta pareja a reconvertirse y dar el salto a la hostelería. Aprovechando un terreno que tenía la familia junto a la carretera nacional -hoy de titularidad local- en A Xungueira levantaron un restaurante que bautizaron Bar Tinina y que cosechó rápidamente una buena fama por toda la comarca. Tinina se hizo cargo de la cocina y popularizó algunos platos como el lomo con almejas, el jabalí, la zarzuela de pescado o las manitas de cerdo. Fueron muchas las personalidades que les visitaron como el ex ministro Gustavo Suárez Pertierra, Graciano García, Ramón Sánchez Ocaña, el pintor Sellaño o el caricaturista Tomás Niembro, que les dedicó algunos de sus trabajos.

En su casa de Viacoba tenían su particular despensa de la que sacaban buena parte de la carne que servían en el negocio: xatos, cochinillo, cabritos, ovejas? Y hasta cerdo cruzado con jabalí. Y mientras Tinina se hacía cargo de la cocina, Fabián se ocupaba de la barra. Pasaron largas horas en el negocio -desde las seis de la mañana a las doce de la noche- y durante años dieron todo tipo de banquetes.

Tan bien les iban las cosas que se decidieron a ampliar el negocio construyendo un edificio anexo que funcionó de hotel de dos estrellas con once habitaciones. En el año 2000, tras la jubilación de Fabián decidieron traspasar el negocio -que sigue abierto con otro nombre- y con el dinero de la venta reformaron su casa de Viacoba y pusieron en marcha cinco apartamentos rurales (Apartamentos Viacoba) que siguen regentando en la actualidad.