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Viaje hacia el paro en Pilotuerto

«Aquí tampoco hay trabajo ni futuro», se lamentan los mineros palentinos que emigraron hace meses a Tineo por los cierres en su tierra

Viaje hacia el paro en Pilotuertopepe rodríguez

Pepe RODRÍGUEZ

Diecisiete mineros de Palencia (Castilla-León) abandonaron su tierra, su casa, lo poco que quedaba de trabajo para seguir con un sueldo al que agarrarse. Eran empleados de Victorino Alonso y su empresa les propuso irse al distante pozo de Pilotuerto, en Tineo, pues allí estaba asegurada la carga de trabajo para varias décadas.

En septiembre del año pasado iniciaron el viaje de emigración interior, algunos de ellos con sus mujeres e hijos. Se instalaron en la zona, algunos en Cangas del Narcea y otros en Tineo, matricularon a sus hijos en los colegios... y comenzaron a vivir una pesadilla casi desde el principio. «El primer mes ya hubo problemas porque de septiembre sólo nos pagaron la mitad de la nómina», cuenta Juan Carlos Abad, uno de estos mineros.

Desde entonces, el sector ha entrado en convulsión y parece que en los agónicos estertores finales. A ellos, como a todos sus compañeros, esto se les ha traducido en meses sin cobrar, en un despido masivo a través de la figura del Expediente de Regulación de Empleo (ERE) de extinción, pero, además, establecidos en tierra extraña, en la que apenas llevan unos meses, y sin la protección que suele tenerse por la familia más cercana.

«Cada uno lo está afrontando como puede, algunos tienen ayuda familiar, desde sus casas, otros con los ahorros que teníamos... pero, en todo caso es, muy complicado», se lamenta José Primo.

Abad tiene a su mujer en Palencia, «porque allí tiene trabajo y no está la cosa como para andar dejándolos», pero Primo acudió a Tineo con su mujer y su hija. Ni siquiera van a volver a casa en estas vacaciones de Semana Santa: «No está la cosa como para andar gastando, así que nos quedaremos aquí».

Un tercer minero palentino, Ángel Santiago, se pasa por la cerrada puerta del pozo de Pilotuerto a saludar a sus compañeros. «Yo vivía con mi madre y aquí, en Cangas, estamos cuatro de Palencia viviendo juntos en un piso alquilado. No hay trabajo y, me parece, no hay ningún futuro».

Los palentinos se mantienen en en Pilotuerto apoyando a sus compañeros en huelga. Entre los despedidos, 65 de subcontratas y 58 de la empresa, y mineros en huelga, unos 19 que aún tienen empleo, en Pilotuerto no hay ninguna actividad, y el paso está cortado. De hecho, los directivos ni se pasan por allí desde hace una semana, mucho menos el transporte o los suministros.

Los mineros palentinos no saben qué harán en el futuro: «Hasta junio estaré aquí, a ver lo que pasa, luego no se puede decir porque en nuestra situación es imposible hacer planes a largo plazo», subraya Primo. Abad opina en un sentido muy parecido: «En nuestras circunstancias, sin cobrar, no se puede aguantar mucho, y menos fuera de casa como estamos».

Lo que destacan los tres es que el trato que se han encontrado en el Suroccidente de Asturias, tanto de sus compañeros como de la gente en general, ha sido muy bueno desde el principio. Posiblemente, eso sea lo único positivo que pueden sacar de su experiencia, de cómo les dijeron que abandonaran su hogar para irse a trabajar a una mina lejana y, una vez allí, acabar en el paro, y con meses trabajados sin cobrar, en menos de medio año.

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