Cuando parecía que la ya llamada en la calle "guerra de las setas" era un pique amistoso entre los aficionados de los concejos suroccidentales de Cangas del Narcea y Tineo, aparece José Manuel Gayol, vecino de Villaoril, para meter al municipio de Navia directamente en el primer puesto de esta competición popular por ver quién halla la seta más grande de la temporada. Y por ahora, ganan los naviegos con una de 6, 7 kilogramos de peso. Todo un argumento de peso.
La animada guerra comenzó cuando un aficionado a la micología, Ismael Álvarez, se puso en contacto con LA NUEVA ESPAÑA para mostrar de un bejín gigante de unos tres kilos y medio. Presumió del origen tinetense de la pieza, y eso es algo que disparó todas las alarmas en el concejo vecino de Cangas. Y también en Navia.
Este ganadero ya jubilado de Villaoril le dio poca importancia a la seta de grandes proporciones que se encontró un día en su huerta mientras recogía fabas. Sin embargo, fue en una conversación en el bar donde, tras comentar el hallazgo, le instaron a mostrar el enorme hongo que había surgido en su jardín. "Cuando lo conté, me dijeron que en el periódico LA NUEVA ESPAÑA llevaban varias semanas saliendo setas de cuatro y cinco kilos, así que me animé a llevarla y pesarla, a ver por donde andaba esta".
Su sorpresa llegó cuando, al poner el ejemplar sobre la balanza, ésta marcó los 6,7 kilos. "Aunque yo ya sabía que esta seta superaba los cinco kilogramos", apunta José Manuel Gayol. El bejín gigante es una variedad que puede llegar a alcanzar hasta los 25 kilos de peso, pero a veces no resulta fácil de localizar porque puede crecer, además de en los prados, en las zonas de maleza. Sin embargo, en esta ocasión, el espécimen apareció en la propia huerta de Gayol.
El ganadero achaca este gran tamaño a la buena tierra de su huerta, situada justo donde hace unos años estaban estabuladas sus reses. "Es una tierra que lleva mucho abono, por todos los años que estuvieron aquí las vacas, y ésta no es la primera seta de este tamaño que nos encontramos", explica el vecino de Villaoril. La tierra, en efecto, parece ser de la mejor calidad para el cultivo de vegetales, pues hace poco también recogió una coliflor de más de cinco kilogramos.
Desde su hallazgo la semana pasada, este bejín gigante se ha convertido en el centro de atención. La gente hace visitas a casa de Gayol para verlo y fotografiarlo. Sin embargo, al bejín le queda poco tiempo de vida, debido a la fragilidad y al deterioro que sufre como consecuencia del paso de los días. "Me ofrecieron cocinarlo para comerlo, pero preferí dejarlo así para que la gente lo vea". apunta. Gracias a su hallazgo, Navia adelanta a Cangas del Narcea y Tineo, y se posiciona así en primer lugar en la peculiar "guerra de setas", que ha escrito un nuevo capítulo, pero a buen seguro que no es el último.
