Hola, amor:
Volvería a esperarte el tiempo que hiciera falta. No me importa si son diez primaveras o diez inviernos, daría años de mi vida por volver a escuchar tu voz, poder despertarme a tu lado, verte todas las mañanas. Me encantaría volver a discutir para poder callarte con besos, llegar tarde a todas nuestras citas con una rosa que perdone mis defectos y verte sonreír. Aún recuerdo nuestro primer beso, empapados bajo la lluvia de aquella noche primaveral con los nervios a flor de piel, siendo aquello el principio del momento más increíble de mi vida. Tú has aportado luz y cariño a mi vida, convirtiéndome en una mejor persona, y, aunque ha sido corto, no lo cambiaría por nada del mundo. Ahora me despierto cada mañana sin un susurro de buenos días, y mis desayunos ya no tienen pareja. Volver a casa y añorar tus besos, esperando que entres por la puerta; sin embargo, te has ido, y, aunque mis deseos sean máximos, sé que no vas a volver. Tu vestido sigue colgado en nuestro armario y tus perfumes siguen colocados en la vitrina, consumidos por el polvo, y, aunque han pasado 365 días, todavía sigo esperando que te despiertes a mi lado. Cambiaría mi vida por ti para que se cumplieran todos tus sueños. Sé que me cuidas desde arriba y yo aquí te sigo queriendo. Espero volver a verte pronto.
Por siempre, tuyo.
