El argayo producido el jueves por la noche a la altura de Yema (Cangas) en la carretera AS-29, la del Pozo de las Mujeres Muertas, que conecta con Ibias, será retirado por completo mañana. Los operarios de la empresa canguesa Santiso, a la que se le adjudicó el trabajo mediante trámite de urgencia, retirarán un total de 800 toneladas de tierra, precisa el Alcalde cangués, José Víctor Rodríguez. Por el momento, el tráfico se encuentra regulado con un semáforo por el carril abierto a las pocas horas de producirse el desprendimiento. Es posible que sea necesaria una obra de contención.
En esa línea, los técnicos municipales advirtieron varias grietas en la carretera que discurre por encima del punto kilométrico 39 de la AS-29, donde se produjo el argayo, y que da acceso a Banceña. Así es que los operarios de Obras sellaron las aperturas en el terreno con una pasta para seguir su evolución a lo largo del fin de semana. "Si abre, el talud no está seguro", precisa Rodríguez.
Otra posible actuación
El regidor detalla que, según le explicaron los técnicos, se trata de una zona muy escarpada sin maleza, "el agua va por las grietas y va erosionando el terreno por dentro, con las heladas coge volumen y argaya". Así es que con el seguimiento que harán de las hendiduras hoy y mañana, aportarán más información a los ingenieros de la Consejería de Infraestructuras, por si es necesaria una actuación para contener el talud.
Rodríguez también avanza que solicitarán a la Consejería una revisión completa de la carretera, donde se producen argayos con asiduidad, más desde los graves incendios que asolaron la zona y dejaron inestables los taludes existentes. En su opinión, es necesario actuar con prevención en algunos puntos y propone la instalación de mallas de torsión para evitar nuevos desprendimientos. "Obviamente el argayo que nos ocupa tiene unas dimensiones mayores, son 800 toneladas de material, pero hay otros puntos donde se puede prevenir que argaye el terreno", opina el regidor cangués.
El argayo, que por suerte no conllevó daños materiales ni personales, genera trastorno en el día a día de los vecinos de la zona, pues más allá del punto kilométrico 39, donde se produjo el desprendimiento, hay doce pueblos del concejo. Si bien, el semáforo evitó alteraciones en el tráfico. Por su parte, la alcaldesa de Ibias, Silvia Méndez, celebró que el paso se abriese a las dos horas de producirse el argayo y espera que se pueda asegurar la zona para evitar complicaciones.
