La Audiencia Provincial de Lugo abrió ayer el juicio por supuesta apropiación indebida contra el exsacerdote José Emilio Silvaje (Gandía, 1980) que entre 2008 y 2012 se ocupó de varias parroquias en los concejos de Ribadeo, Trabada y Barreiros. La Fiscalía pide para él cuatro años y medio de cárcel por apropiarse de más de cuarenta piezas de arte sacro valoradas en 25.000 euros. Su caso tuvo mucho eco en la margen más occidental de Asturias por la proximidad con las parroquias afectadas por el robo.

La Fiscalía pide también año y medio de prisión por un delito de receptación para un anticuario de Mondoñedo que supuestamente adquirió las piezas robadas. En la primera sesión del juicio Silvaje mantuvo su inocencia y explicó que nunca se llevó nada con ánimo de lucrarse, sino con el fin de restaurar las piezas. También reconoció conocer al anticuario y haberle donado piezas sin valor.

En la primera sesión del juicio, Silvaje, que fue ordenado sacerdote en 2006 y lo dejó en febrero de 2012 "antes de ocurriera esto y por propia voluntad", se quejó de la mala gestión del Obispado de Mondoñedo-Ferrol y de la labor de sus predecesores al frente de las parroquias. También defendió su labor y aseguró no haber llevado a restaurar ningún bien que estuviera catalogado: "He podido equivocarme, pero repondré todo aquello en lo que me haya equivocado. No necesito una sentencia judicial".

A su llegada al juicio, el abogado del párroco, José Manuel Oliveros, defendió que el procedimiento "nunca debería haber llegado a esta fase procesal", y explicó que pedirá la libre absolución de su defendido por no ser ciertos los hechos que se le imputan.

"No se ha apropiado de ningún objeto de las parroquias que entonces llevaba, sino al contrario, realizó inversiones incluso de su propio patrimonio personal que hicieron que mejoraran esas parroquias", indicó el defensor, que precisó que los objetos que el párroco tenía en su poder "era para mejorarlos, para hacer labores de restauración y labores de limpieza, en absoluto para apropiarse de ellos".

El escándalo de la desaparición de piezas saltó a la luz pública en 2012 cuando los vecinos de la localidad trabadense de Sante, muy próxima a Vegadeo y San Tirso de Abres, denunciaron la desaparición de dos tallas de la iglesia y acusaron al párroco. Poco después ambas piezas aparecieron en un arcén del municipio vecino de Lorenzana.

El juicio continúa hoy en Lugo.