Funerarias del Occidente repasa su trayectoria con motivo del premio "Profetas en nuestra tierra": "La clave de todo está en el trato, hay que tener empatía"

“Agradecemos mucho este reconocimiento en casa y nos anima a seguir. Estamos recibiendo mucho cariño”, añade el gerente de esta firma con treinta y cinco años de historia

Natalia Méndez, Marita García y Daniel Iglesias en la puerta del tanatorio de Jarrio.

Natalia Méndez, Marita García y Daniel Iglesias en la puerta del tanatorio de Jarrio. / T. Cascudo

El franquino Daniel Iglesias es el gerente y la cara visible de Funerarias del Occidente, una empresa familiar que se ha convertido en el principal grupo del sector en la comarca y en uno de los más fuertes de Asturias. La firma mantiene una apuesta clara por la innovación y puede presumir de modernas instalaciones; sin embargo, el empeño de Iglesias es que la plantilla no olvide que, en el centro de todo, debe estar un trato exquisito con la persona que ha perdido a un ser querido. Tiene claro que si hay una cosa común entre la época en la que su padre se inició en el sector, en los sesenta del pasado siglo, y la actualidad, es la pena y el dolor con la que se despide a familiares y amigos: “No se puede olvidar nunca la parte humana del trabajo y debemos esforzarnos por empatizar con cada familia que recibimos. Da igual que tengamos las instalaciones más modernas, la clave de todo está ahí, en el trato”.

 Funerarias del Occidente recibirá este domingo el premio “Profetas en nuestra tierra”, el máximo galardón que concede el Ayuntamiento de Coaña y que sirve para distinguir a personas y entidades "que desarrollan una labor empresarial, social y económica con impacto positivo en nuestro municipio a favor del bienestar, la calidad de vida, generando empleo y oportunidades para fijar población". La firma funeraria nació en Jarrio (Coaña) en 1989 y, pese a que se ha expandido por todo el Noroccidente, mantiene su sede central en la localidad coañesa. “Agradecemos mucho este reconocimiento en casa y nos anima a seguir. Estamos recibiendo mucho cariño”, añade el gerente.

Marita García y Daniel Iglesias en la nueva sala de observación del crematorio de Jarrio.

Marita García y Daniel Iglesias en la nueva sala de observación del crematorio de Jarrio. / T. Cascudo

Cuatro empresas de Castropol, Boal y El Franco, dedicadas al sector funerario y al transporte sanitario, tuvieron a finales de la década de los ochenta del siglo pasado la visión de unir sus fuerzas. Apostaron por Coaña, sabedores de que Jarrio era el lugar elegido para crear el hospital comarcal cabecera del Noroccidente. Así que el mismo año que el centro hospitalario abrió sus puertas, en 1989, nacieron Funerarias del Occidente y Ambulancias del Occidente. Esta segunda empresa fue socia fundadora de la firma Transinsa, que hoy opera en toda Asturias y cuenta con 400 trabajadores. Daniel Iglesias tiene un asiento en el consejo de administración de esta empresa líder en el transporte sanitario asturiano que tiene una de sus raíces en el Occidente.

“Es una empresa hermana a la nuestra y es algo de lo que estamos muy orgullosos”, señala Iglesias, mientras desgrana la evolución de Funerarias del Occidente. “Los fundadores de esta empresa fueron unos adelantados, unos visionarios. Tenían claro que iba a haber una revolución en el sector y decidieron unir fuerzas y recursos en un momento en que el asociacionismo empresarial no era tan común”, apunta el franquino. Se podría decir que el primer fruto de esta unión fue la construcción del tanatorio de Jarrio, buque insignia de la empresa. Abrió sus puertas en el año 2004 y recientemente ha remodelado sus dependencias interiores.

El trabajador Raimundo Méndez introduce una urna con cenizas en el columbario, en presencia de Daniel Iglesias y Marita García.

El trabajador Raimundo Méndez introduce una urna con cenizas en el columbario, en presencia de Daniel Iglesias y Marita García. / T. Cascudo

En Jarrio además hay un recurso único si se compara con el resto de tanatorios de la región y es que es el primero en contar con un columbario, para las personas que no dispongan de un lugar adecuado para depositar las cenizas de sus seres queridos. “Esta es una zona en la que se incinera poco, aproximadamente un veinte por ciento, sin embargo, queremos adelantarnos porque creemos que será una demanda de las generaciones venideras. Es una opción más que ofrecemos”, señala Iglesias. El columbario está anexo al tanatorio de Jarrio, pero con un acceso público e independiente desde el exterior y, añaden, está generando “mucha curiosidad” entre la gente.

Detalle del columbario de Jarrio.

Detalle del columbario de Jarrio. / T. Cascudo

Tras Jarrio llegó la apertura del velatorio de Vegadeo (2005), el de Santa Eulalia de Oscos (2012), el de la localidad lucense de Trabada (2013), Tapia fue en 2015 y Luarca-Valtravieso, en 2017. En 2018 se adquirió un tanatorio existente en el polígono de Barres (Castropol) y, en 2019, llegó la fusión con Funerarias Valdés, lo que permitió a la firma incorporar los tanatorios de Barcia (Valdés) y Cudillero. “Esta fusión fue un paso más dentro de nuestra filosofía asociativa, buscando optimizar recursos y mejorar el servicio para dar la mayor calidad posible”, apunta Daniel Iglesias, acompañado de la responsable de Administración, Marita García. Precisamente la apuesta por la calidad es uno de los rasgos diferenciadores de la firma. De hecho, es la única empresa de Asturias que cuenta con la UNE-15017, una norma de calidad específica para los servicios funerarios. Señala el gerente que, más allá del distintivo, es “el instrumento perfecto para alinear al personal y establecer procesos muy concretos de trabajo, que luego repercuten en las familias”. En este sentido, añade, todo está sistematizado, desde el primer al último contacto con el cliente.

Dependencias interiores del velatorio de Vegadeo con las lámparas especiales que absorben el ruido.

Dependencias interiores del velatorio de Vegadeo con las lámparas especiales que absorben el ruido. / R. T. C.

De vuelta a las instalaciones, además del columbario de Jarrio, acaban de estrenar nuevas instalaciones para el velatorio de Vegadeo. Sigue ofertando dos salas, pero cuenta con algunas novedades como un aparcamiento exclusivo para las familias del fallecido. “Esto permite organizar la comitiva fúnebre desde dentro y es un lujo y un hecho diferencial”, apunta Iglesias. Hasta el último detalle está cuidado, de hecho, las dependencias interiores cuentan con unas llamativas lámparas que están confeccionadas con un tejido fonoabsorbente, es decir, tienen la misión de minimizar el ruido en las salas. “Todo tiene un sentido y, en el fondo, se trata de apostar por la mayor confortabilidad para las familias que llegan cansadas, muchas tras pasar muchos días de hospital. Huimos de ese tanatorio oscuro y frío y tratamos de que las estancias tengan un aspecto más de hotel, donde la gente esté a gusto”, señala el gerente.

Cuando nació la empresa en 1989, lo hizo con una decena de trabajadores y ha crecido, al ritmo de las instalaciones, hasta llegar a la plantilla actual de veintiocho empleados. Dice el gerente que no todas las personas están capacitadas para trabajar en un sector como el funerario: “Podríamos decir que un treinta por ciento del trabajo es habilidad y eso se adquiere, pero hay un setenta por ciento que depende del trato humano y eso es innato en la mayoría de los casos. Es muy interesante ver la evolución de los trabajadores, porque algunos creen que no valen y descubren un trabajo que les gusta. Nuestra labor tiene una parte de ayudar a los demás y cuando se logra, eso reconforta”, expone Iglesias.

Una imagen reciente de buena parte de la plantilla.

Una imagen reciente de buena parte de la plantilla. / R. T. C.

En Funerarias del Occidente se esfuerzan por ser transparentes y dar a conocer su oficio y profesiones como la del tanatopractor, que es la persona encargada de preparar los cuerpos antes del funeral. En Asturias se reconoció formalmente el año pasado, pero la firma coañesa lleva más de diez años formando a los trabajadores en este campo y, de hecho, el primero que logró acreditación en la región pertenecía a su plantilla. Ahora mismo son doce los trabajadores acreditados. La formación de la plantilla es una preocupación continua de esta firma que mira al futuro con optimismo y ganas de seguir creciendo: “Nuestra manera de ser es no estar parados, apostamos por el crecimiento continuo para atender lo mejor posible a nuestros clientes”.