Que no cunda el pánico. El que a un derechoso concejal le guste airear los peores datos sobre el municipio no debe preocuparnos. No es que dejáramos de ser 50.000 habitantes; es que dentro de un par de semanas, al ritmo que llevamos, no llegaremos a 45.000. Y tan ricamente, porque, vamos a ver, ¿han notado ustedes algún cambio con esta estrepitosa pérdida de población?

A saber: el mercado inmobiliario se mantiene en unos precios desorbitados, a pesar de que hay una hermosa bolsa de pisos vacíos; el tráfico continúa tan atascado como siempre y no hay manera de encontrar un sitio para aparcar; las urgencias hospitalarias siguen aumentando. En general, conservamos intactas las incomodidades de un municipio de primera categoría, a pesar de que continuamos en caída libre hacia la tercera.

Además, el PSOE local nos acaba de proporcionar un dato para el optimismo: esto mismo ocurre también en los países escandinavos. Mire usted qué bien. Como nosotros, muchos pueblos y ciudades del norte de Europa están perdiendo habitantes. Y si eso está sucediendo allí, con la formidable cobertura social que les ampara, alquileres protegidos, buenas condiciones laborales, ayudas económicas a las familias y demás, nada tiene de extraño que el concejo de Mieres siga despoblándose.

Pero es que desde la Casa del Pueblo ha salido otra información la mar de esclarecedora: la culpa de todo esto la tiene Aznar. ¡Ajá! Ya sabía yo que tenía que haber algún culpable, y mira tú por donde, que va a ser Chemari. Y aunque pueda resultar un tanto mosqueante que las culpas de todo lo negativo siempre las tengan otros, si lo dicen los del PSOE será verdad, porque desde siempre se han caracterizado por dar una visión muy objetiva sobre el estado del concejo.

En definitiva, que todo junto, gloria. El síndrome escandinavo agravado por el virus bigotudo de Aznar. Ya me están pareciendo muchos 45.000 vecinos.

Siempre se dijo que Mieres es una gran familia, un lugar en el que nos conocemos todos. Si en algún momento esto pudo parecer una exageración, en la actualidad llevamos un excelente camino para que sea completamente cierto. Es más, dentro de una temporadita, como esos escandinavos y por culpa de Aznar -no lo olviden-, viviremos todos juntos en la misma manzana.