Dice el Ministerio de Trabajo que una de las principales peticiones de los empresarios en el marco del diálogo social, la rebaja en cinco puntos de las cotizaciones sociales, cuesta unos 4.500 millones de euros. Así, a priori, puede parecer mucho dinero, pero en el impresionante volumen de gasto público en el que nos ha embarcado Zapatero, me parece que habría que hacer el ejercicio coste-beneficio. En nuestro país, el coste del trabajo en impuestos y Seguridad Social es idéntico a lo que realmente se lleva el trabajador a casa. Es decir, que alguien que tiene neto en nómina 900 euros al mes, realmente le cuesta a la empresa unos 1.800 euros. Esto no tiene ningún sentido y es lo que verdaderamente frena la contratación fija y, en momentos de crisis -como el actual-, alienta los despidos.

Me parece imposible que empresarios, Gobierno y sindicatos no puedan llegar a nada concreto y positivo. Ninguna de las reivindicaciones fundamentales de la patronal se van a poner encima de la mesa ni, menos aún, se van a aceptar. Nada de rebaja de cotizaciones y nada de afrontar la necesaria reforma del mercado de trabajo. El Gobierno y los sindicatos se han empeñado en negarse a hablar de despido barato, y no sólo de eso, que no es lo fundamental, sino de flexibilidad, de movilidad, de un tipo nuevo de contrato, de convenios. En fin, de un montón de cosas que modernizarían nuestro mercado de trabajo y darían más flexibilidad a las empresas y más oportunidades a los trabajadores.

No sé de qué hablarán hoy en la cena que se celebrará en la Moncloa, pero dudo mucho que, con lo oído en las últimas horas, pase algo más que la degustación de unas viandas y unos caldos. Se perderá una oportunidad de oro para afrontar una de las reformas más necesarias y más pedidas por todo tipo de organismos internacionales, nacionales, servicios de estudios y expertos de todo pelaje y condición. Y, desde luego, la ocasión perfecta para sentar las bases para cuando llegue la recuperación y las empresas se decidan a contratar trabajadores.

Zapatero podrá tener su foto, pero, a mi juicio, estará vacía de contenido. Al fin y al cabo, el coste de la bajada de las cotizaciones es la mitad de lo que los ayuntamientos han gastado en obras aplazables y por las que finalmente no van a contratar a más de 100.000-125.000 trabajadores procedentes directamente de las listas del paro y no previamente despedidos para volver a contratar. El viernes conoceremos la EPA del segundo trimestre y sabremos bastante más. Aplazaremos los juicios.