Existe un grupo de individuos que coinciden en que una de las facetas de su personalidad no ha superado una determinada etapa de la infancia. No están considerados como enfermos ni por la psicología ni por la psiquiatría y lo compone un alto porcentaje de la población española; me estoy refiriendo a todos los adultos que, de alguna manera, quedaron estancados en esa fase escatológica de la infancia en la que el niño disfruta nombrando cualquiera de las excreciones del organismo. Sí, a los españoles nos hace gracia todo lo excrementoso y prueba de ello, por ejemplo, es que no se deja escapar la oportunidad de insertar un gag sobre el tema en una emisión televisiva de gran audiencia si su calidad u originalidad lo merecen. Éste fue el caso de uno de los programas de Buenafuente en el que se habló de dos pueblos alemanes: Repente y Kagar; y claro, conociendo el carácter español la chifla estaba servida. Ejemplos: cómo ir de Repente a Kagar, ruta para ir de Repente a Kagar, si viajas a Alemania no dejes de ir de Repente a Kagar, ¿has ido alguna vez de Repente a Kagar? Y como éstos, un largo etcétera. Y es que los españoles somos así, nos hablan de pedos (con perdón) y nos partimos de risa.

La consecuencia fue que el nombre de estos pueblecitos germanos ha pululado por los correos electrónicos de muchos de nosotros y no precisamente como opción para decidir a qué lugar nos dirigiremos en nuestras vacaciones; porque yo comprendo que no tiene el mismo «glamour» decir que se ha ido de Repente a Kagar, en Alemania, que decir que se ha ido de la mezquita Azul a la iglesia de Santa Sofía, en Estambul, o del templo de Luxor al de Karnak, en la antigua ciudad de Tebas en Egipto. Y debe de ser esa falta de «glamour» lo que origina que mientras unas de esas rutas aparecen, indefectiblemente, en los catálogos de las agencias de viajes, la otra ni se menciona aunque sea mucho mas barata y? cotidiana. Eso si, yo recomiendo que si alguien decide hacer el trayecto que da título a este artículo no intente enseñarle las fotos a los amigos sin dar antes unas cuantas explicaciones.

Todo tiene sus ventajas; los viajes a lugares emblemáticos y cargados de historia o las visitas a territorios donde la belleza del paisaje corta la respiración son maravillosos, pero no siempre se pueden realizar y menos en un momento de crisis como el actual. Lo que sí podemos hacer es dejar que quien vuele sea nuestra imaginación y, además de deleitarnos con las fotografías de los libros, los post que encontramos en internet o las imágenes que traen grabadas nuestros amigos más afortunados, imaginar como sería viajar a Alemania para ir de Repente a Kagar. Historia o geografía no sé si aprenderemos pero reírnos... nos reiremos un rato.