Reconozco que lo he pasado muy bien enterándome del patrimonio declarado por los padres de la patria. No me atrevo a asegurar quién se ha puesto las botas llenado la alforja, porque algunos de ellos son herederos de buenas fortunas familiares o han ejercido una profesión de clientela con posibles.

Puede que haya más de uno al que se le vea el plumero al declarar muchos inmuebles (pisos, chalés, plazas de garaje), lo que hace sospechar que ha mantenido buenas relaciones con los de la «burbuja inmobiliaria», donde tantos corruptores hay.

El castigo que espera a estos parlamentarios es sufrir la morosidad de los inquilinos que pagan tarde, mal o nunca sus alquileres.

Los analistas cuentan que los diputados y senadores del PP tienen más pasta que sus colegas del PSOE. El triple (era cosa sabida?) Yo, que soy profano en estos asuntos, no he encontrado nada escandaloso. Pudiera ser que los patrimonios escandalosos no salgan en los papeles, ni figuren en la página web de la tropa parlamentaria.

Haciendo públicas estas declaraciones pretenden que el común de los españoles vea que, siendo lo que son y estando donde están, también sufren la tortura mensual de pagar la hipoteca.

¿Cómo cada hijo de vecino? Quien tenga dudas que se lo pregunte a «El Pocero», que conoce a muchos de ellos, tanto del PP como del PSOE.