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El teniente

El subidón antimonárquico de muchos ayuntamientos

No sé por qué, pero de pronto a un montón de ayuntamientos que ha copado la izquierda -y cuyos órganos ejecutivos, antes "corporaciones", se están rebautizando como "gobiernos" municipales- les ha entrado un subidón antimonárquico y republicano del copón.

Quien empezó con esta historia, como es sabido, fue la nueva alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que le encargó a su ideólogo de cámara y primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, que, con la ayuda de un par de operarios municipales, bajara de una peana del Salón de Plenos un busto del Rey Emérito Don Juan Carlos I, que, a efectos del nuevo "gobierno" municipal de la Ciudad Condal, pasó de "emérito" a no tener ningún mérito (por cierto, ya en ese plan, ¿rebautizarán la Ciudad Condal como Ciudad Normal?).

Sea como sea, lo que más ha llamado la atención en la jugada ha sido sin duda el papel del teniente -de alcalde- Pisarello, profesor argentino afincado en Barcelona que, quizá no muy versado en la Historia de España, se ha confesado forofo no sólo de la IIª, sino de la Iª República española, aquella que -como escribió con alborozo el mentado durante la pasada campaña electoral- fue recibida en Barcelona y en otras ciudades "con carteles que rezaban: "Municipios autónomos. Estados soberanos. República federal ¡Viva la Confederación española!". O sea, para echarse a temblar.

Por todo lo cual, recomiendo vivamente ver en youtube la escena en que dos operarios municipales, bajo el mando del teniente Pisarello, con parsimonia para que ninguna cámara perdiera detalle -a falta de gestión municipal, política gestual-, derrocan el busto del Rey Emérito Don Juan Carlos I y lo embuten en ¡una caja de cartón!, como aquellas que usó Artur Mas en su inolvidable consulta-referéndum del 9N de 2014.

De modo que, en caso de que Mas y demás ganen las autonómicas el 27 de septiembre, no sé yo si Cataluña se acabará pirando de España, aunque, eso sí, de hacerlo, puesto que la economía aún está en la UCI, no creo que lo haga con mucho tras-tras-pun, en plan gran nación, sino tal vez en una caja de cartón. ¿Y a dónde se facturará semejante paquete independiente? Pues, la verdad, no sé, pero, ya puestos, ¿por qué no a la querida República Argentina, patria natal del teniente?

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