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Sol y sombra

El doble rasero

Podemos, Izquierda Unida y otros cuantos animan a acabar con "el bipartidismo de la corrupción". Vale, de acuerdo. Y ¿después qué?

Algunos de nuestros partidos, en concreto los que les cito, han tenido en este y en otros asuntos la capacidad de detectar el problema sin embargo no han dicho nada hasta ahora que resulte convincente sobre cómo se soluciona. Se puede entender, por tanto, que el problema seguirá con ellos. Izquierda Unida, por ejemplo, con mayor tiempo a bordo, jamás tuvo la respuesta a los desmanes arecistas durante el tiempo que pactó o gobernó con el PSOE.

La corrupción inquieta. No cabe duda. Hasta el punto que siempre aparece junto al paro en los primeros puestos del ranking nacional de preocupaciones. Pero desconocemos cuál es el plan de choque eficaz de Pablo Iglesias para acabar con ella. Su actitud no es muy ejemplar cuando proclama que quiere como ministra de Justicia a la jueza investigada por la Fiscalía por bloquear una causa contra el empresario que mantenía negocios con su pareja sentimental.

Iglesias está preocupado por los tejemanejes del bipartidismo español pero, en cambio, nadie le ha oído una sola palabra en contra de la corrupción y la represión en la Venezuela de Maduro. ¿Quieren saber por qué? Pregúntenle a Juan Carlos Monedero. Hasta no hace mucho Podemos proponía el chavismo como modelo, ahora se contenta con no denunciarlo para evitar que les saquen los colores.

Todo ello es parte del "baile de disfraces" de que habla Felipe González. Van de una cosa y luego son otra. El expresidente de Gobierno ha recordado que dentro de la mascarada está el asesoramiento económico a un país que los chavistas han llevado a la ruina, las escuchas ilegales y hasta un informe pasado de extranjis que sirvió de inspiración a los insultos que le dirigió Maduro cuando viajó a Venezuela para interesarse por los presos.

¿Quieren corrupción?

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