La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Tino Pertierra

El iceberg de Mariano

Si Rajoy hubiera sido el capitán del "Titanic", es probable que cuando le alertaron del peligro que amenazaba al insumergible barco se hubiera sentado, imperturbable, a leer su periódico deportivo favorito esperando que el iceberg se apartara. El presidente en funciones tiene tanta sangre fría que corre el riesgo de quedarse helado, aunque siempre puede volver a la casa de Bertín para que le suba la autoestima. Ahora no le toman en serio ni en su propia casa en funciones de La Moncloa porque es inaudito que unos humoristas se sirvan del deleznable recurso de un imitador para tender una trampa a todo un presidente del gobierno. ¿Qué clase de controles hay para evitar que se cuele cualquier gamberrete en la línea telefónica? Pero incluso en sus peores momentos Rajoy tiene salidas memorables. Ese saludo al falso Puigdemont ("¿Cómo va la vida?") y su confesión de que tiene una agenda muy libre es digno del gran Gila.

Compartir el artículo

stats