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Fernando Granda

La indigestión teleculinaria y otras hierbas

Dietas y tipos de comidas restrictivas en cuanto a alimentos y preparación

"No hay amor más sincero que el amor a la comida", afirmaba George Bernard Shaw, el dramaturgo y crítico irlandés que vivió 94 años y ahora se cumplen 160 años de su nacimiento. Quizá fuese el precursor de la abundancia de programas culinarios que proliferan por los medios de comunicación. "Programas de cocina no hay muchos, hay demasiados. Sufrimos en silencio una pesada indigestión de programas de cocina", señalaba Antonio Rico en su columna "En canal" hace días en LA NUEVA ESPAÑA.

El polémico dublinés, quien también publicó novelas y ensayos, fue premiado con el Nobel de Literatura en 1925 y consiguió un "Oscar" en 1938, manifestó en una ocasión: "Fui caníbal durante veinticinco años. El resto de tiempo, he sido vegetariano". Aunque supongo que desconocen la frase los nuevos vendedores de la comida milagro, la que llevamos miles de años ignorando. Aunque algas como la espirulina, "que tiene 3.500 millones de años", según el mayor cultivador de la misma en España, "está considerada como el vegetal más nutritivo".

Salir hoy a comer con parientes y amigos, o invitarlos a casa, se está complicando cada vez más porque el personal se va especializando en unas dietas o tipos de comida restrictiva. En cuanto a alimentos y en cuanto a preparación. Larga tarea es enumerar los regímenes alimenticios que se van poniendo de práctica por el personal, unas veces por gustos, otras por moda, tantas veces sin explicación. Restaurantes vegetarianos había en las grandes poblaciones pero los adictos a este tipo de comida no disponían de muchos refectorios donde disfrutar de sus gustos. Hoy van en aumento locales donde complacer sus regímenes.

La cocina vegetariana va instalándose poco a poco a la vez que aparecen especialidades más o menos peculiares. Veganos, crudiveganos, crudívoros, frutarianos, pescatorianos, paleovegetarianos, flexivegetarianos y variaciones de distinto nivel entre ellos. Por ejemplo, existen los vegetarianos puros, sólo ingieren vegetales, conocidos como veganos, y otros como los vegetarianos ovo lácteos, es decir, que además de vegetales comen también derivados del huevo y de la leche, productos éstos de origen animal. Parece que éste es el grupo más abundante dentro de la variedad de quienes descartan en su alimentación los productos animales. Para quienes siguen estas dietas ya funcionan bastantes establecimientos. Pero en la mayoría de otros de los mencionados la implantación es escasa.

Sin entrar en polémicas sobre si son alimentaciones sanas y completas, estas especificaciones para preparar la colación alcanzan ciertas radicalizaciones que dificultan la implantación de comedores singulares. Hay personas que solamente comen frutos no cosechados en sus árboles sino que ya maduros se hayan desprendido por si solos de la rama; las hay que han de ingerir productos cocinados a un estilo casi prehistórico; otras no comen más que alimentos crudos, ya sean vegetales o animales desecados o aliñados sin cocinar. Y así numerosas variaciones.

Las culturas culinarias son muy diversas en el ancho mundo. Algas y pescados poco cocinados abundan en la cocina japonesa. En España comienzan a proliferar exotéricas siembras -con el mantra de "prohibido su cultivo por la Iglesia" por ser usados en ritos paganos con sacrificios humanos, según sus promotores-, hierbas como el ramallo de mar, la salicornia, el bimi, el caviar de lima, chia, quinoa, el plátano rojo, la col kale o colinavo. "Con muchísimo" calcio, vitaminas, antioxidantes? que nos faltaban.

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