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Cien líneas

Dudas

Clausura de la reunión anual del Club Bilderberg donde se debatió especialmente -es secreto o discreto y al final se sabe lo que interesa- sobre la precarización de las clases medias. Cuatro españoles en la cita. El periodista Juan Luis Cebrián, delegado para esta vieja piel de toro de los más ricos y poderosos del planeta; Ana Botín que es de los más ricos y poderosos del planeta; César Alierta, ya fuera de la presidencia de Telefónica pero aún dentro de la gran pota donde se cuece la realidad -vivimos en un permanente Matrix- y el fabiano Luis Garicano, en representación de Albert Rivera que por aquello de la campaña electoral no pudo acudir. Menuda pista el tal Garicano: ahora sí que nos quedamos sin AVE -como nos quedamos sin Caja de Ahorros donde hizo de las suyas- por los siglos de los siglos amén ya es un que enemigo declarado de nuestra alta velocidad. Eterno tren burra y gracias.

El año pasado, contra los mil desmentidos que se difundieron, sí acudió Pedro Sánchez, aun jefe del PSOE. Era el designado para relevar a Rajoy, tras cumplir con el encargo de liquidar la derecha española y vaya cómo se esmeró. Obviamente le toca ahora a Pablo Iglesias II pero no apareció por la reunión de Dresde por razones de trabajo electoral y, sobre todo, porque sería evidente el trampantojo. Representa al gran capital global, entrenado por la CIA, el KGB o similar, así que lo último de lo último de lo último sería enseñar las cartas. Pregunta: ¿sin clases medias hay nación?

(Para la terapia de esta semana se recomienda vivamente "Vida de héroe", de Strauss).

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