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Cien líneas

Nosotros

Asi no se puede vivir. Y como estamos decididos a seguir adelante es necesario acabar con el terror y para tal existe un método infalible: acabar con los terroristas, sus agentes. Muerto el perro se acabó la rabia. Es necesario y es posible. Ni durante un segundo cabe alimentar sentimientos derrotistas. Nos va la supervivencia en el envite.

Francia padece una oleada terrible de horror. Otros países también. La diferencia con las naciones en desarrollo es que Francia -y España y Alemania...- puede enfrentarse a los asesinos con eficacia. Puede ganar. Desde el punto de vista técnico no hay duda de las virtualidades casi infinitas de los aparatos de seguridad del Estado de una gran potencia. Pero ¿qué decir los valores de la nación aun más importantes que la policía si se trata de luchar contra el nihilismo y el fundamentalismo tan ciegos como activos?

Los criminales intentan con su brutalidad extrema acabar con sociedades prósperas, libres, tolerantes, solidarias y plurales. A bombazo limpio, tiroteando a mansalva o con el camión terrible de Niza, que desborda las habituales criticas a la libre circulación de armas.

Francia tiene mil recursos contra los bandidos. Y más allá debe rearmarse con lo que llaman valores republicanos que, para entendernos, son los valores occidentales, judeo-cristianos o como se quiera decir.

Ni un gramo más de relativismo cultural y moral. Ni una concesión al enemigo. Ni una debilidad retórica. Ni una estupidez. Les va y nos va la vida en la prueba.

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