El debate municipal abierto por las obras e inversiones incluidas en el paquete de modificaciones presupuestarias que el equipo de gobierno local someterá al Pleno la próxima semana pone una vez más de manifiesto la incapacidad de quien lleva el timón del Ayuntamiento en resolver problemas viejos que se enquistan y que afectan a colectivos ciudadanos y deportivos. Es el caso de la indefinición acerca del cierre de la pista deportiva de La Algodonera, en La Calzada, donde disputa sus partidos el club más laureado de Asturias, el Hostelcur de hockey sobre patines femenino, reciente campeón de Europa; y del cubrimiento de la pista de Cimadevilla, notablemente deteriorada, que además utilizan, para su recreo, los alumnos del colegio Honesto Batalón, y que llevan años demandando una actuación que si hasta hace poco era una necesidad, ahora se ha convertido en una urgencia.

No es de recibo que un club que lleva el nombre de Gijón por toda España y por Europa, el más laureado de esta región a nivel continental, sobreviva a base del voluntarismo, personal y económico, de quienes lo sostienen y no puedan disponer de una instalación deportiva mínimamente acomodada. No sólo el Hostelcur de la máxima categoría utiliza esta pista: también un centenar de niños y niñas de los equipos base del mismo club, que realiza en Gijón una impresionante labor de cantera en una pista tercermundista que por no disponer de cierre lateral se llena de agua cuando llueve. Van pasando los años, hay partidas presupuestadas y reservas económicas que no se han invertido, y La Algodonera sigue igual, pesa a que la Federación de Hockey ya ha avisado que no se puede seguir compitiendo en semejantes condiciones.

Tan sangrante como la situación de la instalación en la que disputa sus partidos el Hostelcur es la que sufre la pista deportiva de Cimadevilla, que sigue sin cubrirse pese a tratarse de una obra con un acuerdo plenario a favor que data del mes de agosto de 2015, por unanimidad de todos los grupos, y dotación presupuestaria inicial de 250.000 euros desde marzo de 2016. Esta pista la utilizan los alumnos de un colegio público como lugar de recreo, de manera que cuando llueve tienen que quedarse en clase, por no disponer de un lugar para la práctica deportiva a cubierto. Esa falta de atención municipal supone además na enorme discriminación para estos alumnos respecto a los del resto de la ciudad, pero las denuncias tanto de la comunidad educativa como de la asociación de vecinos caen siempre en saco roto.

La izquierda municipal, que discutirá en los próximos días si presenta una moción de censura contra Moriyón, ha anunciado que considera urgentes e irrenunciables estas dos obras. Todos los grupos municipales están de acuerdo pero la tramitación administrativa de ambas actuaciones sigue pendiente, lo que supone una lacerante muestra de desidia.