Hoy abre sus puertas una nueva edición, la sexagésima segunda, de la Feria Internacional de Muestras de Asturias, una de las más destacadas y con mayor afluencia de público y expositores del panorama nacional. Tras los discursos oficiales de la tarde de ayer, entre ellos el de la nueva ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, Carmen Montón, y el último de Javier Fernández en la apertura ferial como presidente del Principado, a partir de esta mañana será el pueblo llano quien teste la calidad de la oferta de una convocatoria empresarial pero también social y de ocio sin la que no se entiende el verano gijonés, después de más de seis décadas de permanencia en la vida de la ciudad.

Supone esta iniciativa empresarial auspiciada por la Cámara de Comercio e Industria de Gijón una ventana abierta de par en par para mostrar las potencialidades de la Asturias más pujante, la de sus empresas punteras pero también la del pequeño comerciante que aprovecha estos días de presencia en el ferial para dar a conocer sus productos. Cuando Luis Adaro Ruiz-Falcó, la brillante cabeza que ideó este invento, dijo que la Feria de Muestras estaba llamada a ser "el escaparate de Asturias", acertó de pleno: no existe mejor mostrador que esta quincena de agosto para reunir a la industria regional más emprendedora y talentosa en un espacio común.

La Feria es, entre otras muchas cosas, una máquina de generación de empleo temporal. Mover el engranaje de una celebración señera en el verano gijonés, una cita ineludible que congrega a lo largo de dos semanas en Gijón a asturianos de todos los concejos e incluso de la diáspora, da empleo a unos seis mil trabajadores, de los cuales 1.800 corresponden a nuevas contrataciones y más de mil se emplean en las labores de montaje y desmontaje de los 600 stands que ocupan, al completo, el espacio disponible. Como en los últimos años, no cabe un alfiler en la Feria para acoger a más empresas en los 150.000 metros cuadrados de superficie disponible.

El reto, como cada año, será superar el número de visitantes de la edición precedente. En 2017 se contabilizaron 721.337 visitas a la Feria. Las previsiones más optimistas hablan de acercarse al menos a las 750.000, si las condiciones meteorológicas de este verano cambiante no ponen freno a ese empeño de la organización.

El músculo de la economía regional se exhibe desde hoy con firmeza en el recinto ferial de Gijón, donde confluyen muestras destacadas de todos los sectores productivos. Como motor económico de la región, la empresa asturiana tiene una ocasión de oro estos días para mostrar también su capacidad de innovar y de poner en marcha nuevos recursos generadores de empleo y riqueza. Para que la productividad de la economía asturiana crezca, la innovación es fundamental. Y la Feria, por tanto, un buen escaparate de demostración.