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Urbano Rubio Arconada

El negocio del CO2

El cambio climático como oportunidad para obtener grandes beneficios económicos

Durante el último encuentro del FEM en Davos para discutir la "crisis del clima" y el "tsunami" de la legislación climática, se reveló que el hielo ártico se encuentra actualmente en un máximo de treinta años. También se desveló que la Europa preindustrial tenía un 25% menos de masa forestal que la actual, a pesar de la "piromanía intencionada" imperante. Estas evidencias rompen por la mitad el supuesto "calentamiento del planeta" e inhabilita los sacrificios impositivos a las emisiones de CO2 que tan dañinos son para nuestro tejido productivo.

Desde hace décadas grandes grupos empresariales han dedicado muchos millones en que prevalezca el relato social de que el CO2 es contaminante. En el imaginario, se tiene que hay un cambio climático peligrosísimo que va a acabar la vida sobre la tierra y que todo lo que tiene que ver con el cambio climático es originado por la conducta de los seres humanos. Pues bien, esa molécula gaseosa no es contaminante sino que es el mejor y más necesario de todos los gases de la atmósfera, porque es el gas de la vida, lo respiran las plantas y son las creadoras de la materia orgánica. Sin carbono no habría habido vida en nuestro planeta y es la fuerza motriz del sistema humano cuyo organismo contiene un 20% procedente de comer vegetación. Hace millones de años la vida nace de la conjunción de tres elementos en fotosíntesis: del agua del mar, el CO2 de la atmósfera y la energía del Sol. Y continúa hoy dando la vida a las plantas y seres vivos, sintetizando el gas CO2 y devolviendo oxígeno a la atmósfera. El bióxido de carbono no sólo es el mejor gas que disponemos sino también el más escaso.

La especie dominante del planeta no es el hombre, es el árbol: por cada habitante hay cien árboles. Los microorganismos de la vida vegetal dependen del carbono, aunque sólo representa el 0,038% de la atmósfera: es un gas extraordinariamente escaso. Los humanos producimos 40 mil millones de toneladas de CO2 al año lo que representa un 0,2% del volumen total de los 194 mil millones de toneladas de la atmósfera. Los bosques del planeta purifican 70 mil millones de CO2, es decir, casi el doble de lo que produce el ser humano en su conjunto. Un par de datos más: el CO2 que produce un coche durante un año se neutraliza con 10 árboles; y los volcanes de todo el mundo pueden expulsar hasta 30 mil millones de CO2 al año además de cenizas y dióxido de azufre, tal y como recalca la Oficina Nacional Atmosférica de Estados Unidos. Realmente el CO2 fijado hoy en el subsuelo es el que hace miles de años afloraba en la vegetación y que ahora se devuelve a la atmósfera (ciclo planetario del carbono).

La lucha contra el cambio climático supone una oportunidad de negocio de las élites que se cifra en 140 billones de dólares según la OCDE, similar al PIB mundial, lo que pone de relieve lo beneficioso que es “luchar” contra el cambio climático. Mientras hay otros desafíos ecológicos a los que no se les presta la atención debida como la polinización de las plantas, el tratamiento del agua, el control de las inundaciones, la contaminación de los mares de residuos tóxicos, de plástico y electrónicos, los bosques convertidos en polvorines, los pesticidas agrícolas o la desertificación de los campos. Desde el origen del planeta siempre ha habido cambio climático y el nivel de CO2 siempre ha sido más alto que el actual. Según los investigadores, en el Jurásico (hace 200 millones de años), el periodo de más vegetación terrestre, el número de partículas de CO2 eran del entorno de las 3.000 partes por millón frente a las 415 ppm de hoy. En el Eoceno (hace 50 millones de años) el nivel del gas era de 1600 ppm. En el Plioceno (hace unos 5 millones de años) se produjo la "crisis de Mesenia": un calentamiento brutal que subió el nivel del mar 20 metros más altos que ahora. En el último tramo se han producido cuatro glaciaciones, y la última terminó hace sólo diez mil años, cuando los mares estaban decenas de metros más abajo que ahora.

Para tener una perspectiva del tiempo, démonos cuenta que hace cinco mil años se construyeron las pirámides. En el siglo X, comenzó el "óptimo climático medieval" seguido de una pequeña edad de hielo 300 años después. Seguido de un nuevo calentamiento en 1500… Esto quiere decir que el cambio climático es continuo y natural, y sigue cambiando. Lo milagroso sería que hoy no cambiara el clima.

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