Propósitos para el año que ya corre
Alguien pide al druida Vindio consejo para el nuevo año y él dice: cuida tu corazón. El interlocutor se pone en lo peor y piensa si ir al cardiólogo, pues el druida a veces tiene raras anticipaciones, pero este aclara que hablaba del corazón como metáfora de buenos sentimientos. Todo conspira, empezando por las leyes del mercado o el derecho de propiedad mismo, para que el buen corazón no salga a pasear –añade–, pero conviene darle una vidilla, y dejarlo respirar porque, si esa parte deja de latir, uno acaba hemipléjico; ten en cuenta que esos latidos son los que podrás acompasar a los de los demás y sentirte a ratos parte de algo más grande. Y ¿eso le hace a uno feliz o infeliz? –le pregunta al druida. Depende –responde. ¿De qué? –insiste. De que aún tengas corazón o se te haya convertido en un guisante seco –concluye Vindio dando un manotazo al aire, harto de tener que explicarlo todo.
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