Crítica

La zarzuela es la música del pueblo

Albert Boadella busca en el pasado el camino hacia el futuro

Saúl Fernández

Saúl Fernández

Esto de que "la zarzuela es la música del pueblo" lo dice el maestro don Julián (Antonio Comas) a su discípula rebañada y multipremiada (María Rey-Joly). Esta definición es el prólogo de su inmediata declaración de principios: "La ópera es la música del Estado". Y hay más, pero no las voy relacionar todas: "Malos tiempos para la lírica" es, en verdad, un superespectáculo, una fiesta; un volcán y hasta un supervolcán. Antes de anoche se estrenó en el teatro Palacio Valdés: la tercera parte de tríptico musical dos a dos; piano y voz; tragedia y comedia; Boadella y un genio libre de opiniones todas contundentes y, por tanto, todas discutibles. Y eso es lo singular: que haya oportunidad a la discusión, que es cosa hambrienta en estos tiempos que corren. Porque "Malos tiempos para la lírica" no sólo habla de música. Lo que hace es hablar de música para explicar que nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos y eso que éramos mejores. Y, no, Boadella no se ha vuelto un melancólico de esos que miran tras los cristales como está lloviendo: es otra cosa. Boadella sólo certifica la avería, pero no la repara. Es teatrero, no estadista.

Lo de "Malos tiempos para la lírica" viene de cuando Bertolt Brecht lamentaba la vida peor que estaba conociendo con la llegada de los nazis. Luego Germán Coppini, el de "Golpes Bajos", hizo música echando mano de las mismas palabras, pero por otro lamento. Y a Boadella le toca ahora repetir verso. Y lo hace con un duelo al sol entre una discípula sobrepasada que se atreve a comparar las "Las hijas del Zebedeo", de Ruperto Chapí, con "Wannabe", de las "Spice Girls". Pero esa es la parte más cómica. La trágica es esa en la que Comas –Boadella en la residencia– tiene que oler a su alumna para recuperar el garbo y la memoria y el presente (acoso sádico incluido). ¿La alumna es el sueño del Alzheimer de su maestro? Porque un poco de eso hay en este montaje zarzuelero de un porvenir un poco "La fundación", de Buero Vallejo. El personal se entusiasmó con el montaje: el mejor del tríptico musical de Boadella. La semana que viene, en los teatros del Canal.

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