Un dislate sanitario

Una jubilación obligatoria que favorece a la sanidad privada

José María Ruilópez

José María Ruilópez

Javier Álvarez Fernández, un nombre que para los profanos y para los que tienen urgencias sanitarias puede que les diga poco, pero si lee los periódicos podrá comprobar que es uno de los médicos más relevantes de nuestra región en la especialidad de Angiología y Cirugía Vascular como jefe del servicio del Hospital de Cabueñes hasta hace unos días. También ostenta el cargo de Presidente de la Sociedad Española de Angiología y Cirugía vascular, amén de otras responsabilidades en su ámbito profesional.

Hay suertes que llegan por casualidad, es lo que me sucede con el doctor Álvarez, lazos de parentesco me han dado la ocasión de conocer a un profesional que se introduce por las angosturas de nuestros miles de capilares sanguíneos, que abrió el primer quirófano híbrido de España en Cabueñes, un lujo para Asturias, pues permite el uso de sistemas de imagen de radiodiagnóstico, y la actuación de varios especialistas a la vez, con operaciones menos invasivas, en vez de hacer grandes incisiones, pues se usan catéteres que se introducen hasta los lugares adecuados para resolver el problema del paciente.

Cuando hay manifestaciones en la región por las deficiencias sanitarias, a pesar del alto presupuesto que se maneja, con el incremento del 25 por ciento, la autoridad incompetente se permite el lujo de prescindir de un especialista, que, a pesar de estar en la edad de jubilación, había solicitado prorroga sanitaria, que le fue rechazada. Todo un manejo político que dejará cicatrices en el partido gobernante, y cuyas secuelas serán motivo de conversación durante toda una legislatura, o tal vez más.

Cuando Javier Álvarez enviudó, de Emilia Álvarez, en abril de 2016, Milita para la familia, mi prima segunda, siendo mujer joven todavía y médico, a su vez, hubo un tiempo en que Javier convirtió el monte en territorio del olvido, en campo donde se difuminaran los sinsabores, excursiones que convertían el esfuerzo en cortinones contra la mala suerte, senderismo por intrincados parajes canarios como si el mar entre las islas y la península fuera la ruptura con un pasado que le negó una felicidad cuarteada en trozos de melancolía solitaria.

Después de esta decisión de la autoridad partidista en campaña electoral (mayo está a la vuelta del calendario), sus alumnos de la Facultad echarán de menos su saber, los instantes de aprendizaje donde la experiencia del doctor Álvarez envuelve en terciopelo las técnicas de vanguardia, maneja los adelantos como si hubieran sido juguetes infantiles, y los doctores de la "Lección de anatomía" de Rembrandt, Nicolaes Tulp, Jacob Blok, Hartmanszoon, Adraen Slabran, Jacob de Witt, Mathijs Kalkoen, Jacob Koolvelt y Frans Van Loenen se quedarían con la boca abierta y las gorgueras desaliñadas ante las explicaciones que les daría hoy comparadas con las del siglo XVII.

Me imagino a Javier Álvarez con el gran sombrero negro, que era símbolo de distinción, con las tijeras explicando los tendones del antebrazo de un cadáver en el cuadro. La diferencia está en que Javier Álvarez trata con pacientes que piden auxilio, que padecen dolores en el inicio de las varices, cuando se agrandan y las válvulas no impiden que la sangre retroceda, rompiendo el flujo normal de la circulación y él les ofrece la solución de una manera lo más inocua posible.

En este periplo vital del doctor Álvarez, no han faltado sus amigos íntimos que han estado en primera fila para combatir la desgana en momentos puntuales con viajes por el mediterráneo cambiando el bisturí por el timón de un catamarán. Era de suponer, sus conocimientos no van a quedar enterrados en una decisión burocrática injusta, sino que seguirá en la sanidad privada ejerciendo la medicina. Sin duda, el socialismo actual es el mejor destructor de la sanidad pública, propia de su ideología, y el promotor indiscutible de la privada. Los aneurismas de aorta, las arañas vasculares y otras enfermedades por el estilo que se echen a temblar, el doctor Álvarez se queda para corregirlas.

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