El clásico se disputó en Oviedo

Francisco García

Francisco García

El clásico se disputó esta semana en Oviedo y no fue un partido de fútbol de la máxima rivalidad, por lo que pudo pasar desapercibido. Estudiantes de filología clásica de España se reunieron en la capital asturiana, a la llamada del Congreso Nacional Ganímedes, para reivindicar la vigencia de unos estudios esenciales para el conocimiento de nuestra cultura, de dónde venimos, por qué hablamos como hablamos y defendemos unos valores universales que se remontan muchos siglos atrás.

Cuando nos avisan del riesgo de que un troyano ataque a nuestro ordenador o nos recomiendan hacer un test de antígenos; cuando detestamos la homofobia o caemos en la cuenta de que no corren buenos tiempos para la lírica, estamos hablando en griego. De igual manera, cuando compramos una camiseta Nike, un turismo Clio, un limpiador Ajax o hacemos un pedido en Amazon.

De igual forma, empleamos el latín cuando enviamos un currículum a una oferta de trabajo, pedimos un bis en un concierto de nuestro grupo musical favorito o decimos que estamos en déficit cuando nos vemos obligados a pedir prestado porque no nos queda un euro en el bolsillo. ¿De dónde creen que procede el vocablo que permite a los influencers (palabra que proviene, por cierto, de influencia, derivada del participio activo del verbo latino influere) subir sus imágenes en TikTok o Instagram? Ciertamente, vídeo también procede del latín.

Por cierto, que Ganímedes era un joven muy bello, hijo del rey que dio su nombre a Troya, raptado por Zeus, quien lo convirtió en su amante y en copero de los dioses, encargado de verter en sus copas embriagadores néctares y libaciones. Zeus hizo a Ganimedes inmortal. Precisa metáfora (palabra griega también) para defender la pervivencia universal de los estudios de las lenguas clásicas.

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