Se cumplen dos años de la ley de Eutanasia

En Asturias hay luces y sombras, hay que seguir difundiendo estos derechos entre la ciudadanía

Fernanda del Castillo Arévalo

Fernanda del Castillo Arévalo

Hoy, 24 de marzo, se cumplen dos años de la aprobación de la Ley Orgánica de Regulación de la Eutanasia en España. Una regulación que llevaba siendo reivindicada por la Asociación Derecho a Morir Dignamente desde el momento de su constitución en 1984, hace 36 años. Se trata de una ley nacida de un proceso de deliberación nada precipitado, como se ha pretendido decir, cuya aprobación vino precedida de numerosas propuestas debatidas en el Parlamento y no llegadas a término. Una ley que se apoya en un amplio consenso ciudadano, reflejado en los resultados de las encuestas que a lo largo de ese tiempo se interesaron por el tema, y que ha supuesto la oficialización de un derecho basado en el respeto a la autonomía, dignidad y libertad de las personas.

Era una ley muy esperada por muchas personas que se encontraban en situación de gran sufrimiento; para algunas no llegó a tiempo, para otras supuso un gran alivio y hoy en día supone una esperanza, un plan B al que recurrir, para quienes ven que ha llegado el momento de decir "hasta aquí he llegado".

¿Y en Asturias? Podemos decir que hay luces y sombras.

El trabajo realizado en este tiempo por la Dirección General de Cuidados, Humanización y Atención sociosanitaria nos parece adecuado. La implementación de la ley no era sencilla, ya que requiere muchos pasos y documentos para su puesta en práctica. Sin embargo, la creación del procedimiento a seguir tanto por la ciudadanía como por los profesionales y la divulgación en la página oficial de la Consejería de Salud se ha realizado apropiadamente. Cabe destacar el apoyo brindado por esta Dirección General a los profesionales que reciben una solicitud de eutanasia y aceptan prestar esa ayuda y acompañamiento al paciente. No es fácil, lo sabemos, pero los sanitarios que han participado en una eutanasia refieren esta experiencia como valiosa y reconfortante.

Entre las sombras, debemos resaltar que no es aún una prestación plenamente normalizada. Falta información a la ciudadanía y, aunque se están dando pasos importantes en la formación de los profesionales, aún queda bastante camino por recorrer. Todavía, en muchos casos, se anteponen los miedos y los sentimientos del profesional a los derechos y deseos de la persona. No se informa de la posibilidad de recurrir a la ayuda para morir a la vez que la atención paliativa y las distintas opciones de tratamiento, con lo que esto implica de incertidumbre, alargamiento de procesos y de sufrimiento añadido.

El pasado julio, Asturias y Cataluña fueron las únicas comunidades autónomas que emitieron el informe anual preceptivo de seguimiento de la LORE. Según dicho informe, en Asturias, durante este primer año de aplicación, se detectaron una serie de problemas que es preciso analizar y corregir, entre los que llama la atención que casi la mitad de las personas que solicitaron la ayuda para morir fallecieron antes de aplicarse la prestación.

En DMD-Asturias hemos hecho llegar a la Administración la conveniencia de instaurar en cada área sanitaria un espacio de gestión y coordinación de las situaciones que generan los procesos de final de vida, lo que supondría un espacio de referencia tanto para profesionales como para la ciudadanía.

Celebramos que, tras años de lucha civil, generosidad y sufrimiento de muchas de las personas que estuvieron dando testimonio, llevamos ya dos en España con una ley que regula la ayuda a morir y que amplía nuestros derechos civiles.

Con todo, en nuestra comunidad instamos a cada uno de los organismos con competencias en el desarrollo de la ley (Comisión de Garantía, Dirección General, gerencias de las áreas sanitarias…) a que continúen avanzando en la mejora del procedimiento, se limite la burocracia, se subsanen los déficits detectados y se instauren medidas para la normalización y el buen desarrollo de la prestación, reforzando así los derechos de la población asturiana.

En DMD seguiremos difundiendo estos derechos entre la ciudadanía y asesorando a las personas que nos lo soliciten.

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