El sufrimiento y el dolor no se merecen su demagogia

Los 13.122 centros de salud que existen en España tocarían a 1.105 euros con la inversión anunciada para salud mental por el presidente Sánchez

Raimundo Abando

Raimundo Abando

Asturias está conmocionada por el trágico acontecimiento acaecido la semana pasada con dos gemelas de doce años en Oviedo. No se puede expresar con palabras el sufrimiento de sus padres ni el sentimiento de dolor de los asturianos por tan aterrador suceso. Pensando en ello, y viendo la demagogia del presidente Sánchez ante el anuncio de 38,5 millones de euros para salud mental, me gustaría compartir con ustedes unas reflexiones.

La demagogia de Sánchez. El pasado domingo, el presidente Sánchez anunció (dentro de su tómbola electoral), en un mitin en Valladolid que daría 38,5 millones de euros para Salud Mental. En primer lugar, ni un recuerdo de solidaridad con los padres de las gemelas de Oviedo. En segundo, son 14,5 millones, no lo que él dice, pues 24 millones ya venían en el Presupuesto de 2022 para transferir a las comunidades autónomas. Y dice que los 14,5 son para equipamiento de los Centros de Salud. Miren ustedes, en España hay 13.122 centros, lo que quiere decir que tocan a 1.105 euros por cada uno. ¿Pero de verdad alguien puede pensar que esta es la solución y va a servir de algo?

La salud mental. Hay una realidad incuestionable, no hay salud sin salud mental. En la actualidad, y sobre todo después de la pandemia, hay una gran preocupación en el mundo por la salud mental. Y no es para menos, pues tiene un enorme impacto psicológico y psiquiátrico. Las consecuencias derivadas del covid 19 ( ansiedad, depresión, insomnio, estrés postraumático, etc.), han puesto la voz de alarma en la sociedad. Pero, ¿y no pasaba antes? Por supuesto que sí, pero pocos gobiernos lo tomaban en serio, cuando, posiblemente, era de las enfermedades más peligrosas que había. Fíjense que ya se reconoce que una de cada cuatro personas tendrán problemas de salud mental a lo largo de su vida. Y es que si a las enfermedades mentales anteriores les unimos otras como bipolaridad, esquizofrenia, alzheimer o TDAH, más las principales adicciones (alcoholismo, drogas, juego, sexo, psicofármacos, trastornos de la conducta alimentaria y las más modernas como al móvil o a Internet), podemos llegar a la conclusión que ya es y será la enfermedad más grave para la humanidad.

Asturias, número uno en suicidios. Es muy triste reconocerlo, pero nuestro Principado ocupa el primer lugar en suicidios desde el año 2011. Según los datos del Sistema Nacional de Salud de ese ejercicio, Asturias es la región de España con mayor tasa de mortalidad por suicidios; se suicidan 8,6 personas por cada 100.000 habitantes, el doble que en Madrid, por ejemplo.

Las causas son múltiples, pero van ligadas al territorio, al clima, al aislamiento de los pueblos, a la soledad, al envejecimiento, a la tristeza y, aunque parezca increíble, a las prejubilaciones tempranas. Aunque últimamente se está observando una aumento entre la juventud, y tiene mucho que ver con las redes sociales, maltrato infantil, empleo, vivienda o precariedad económica. Pues son factores de riesgo con potencial para acelerar cualquier trastorno emocional. De hecho, los dos mayores picos de suicidio en Asturias se producen en la vejez y en primera juventud.

Prevención. Decía el presidente Adrián Barbón que se necesita una reflexión social y política. Palabras que suenan bien, pero palabras huecas. Un gobierno eficiente, como el que están pidiendo los asturianos, lo que debe hacer es poner los medios necesarios para dejar de ser, una vez más, el vagón de cola de España. Los gobiernos debieran de ser proactivos, no reactivos.

Todos somos conscientes de las dificultades y de la complejidad del tema, pero hay que hacer algo. Los asturianos no podemos admitir que llevemos doce años siendo la peor autonomía de España por culpa de la inacción de los diferentes gobiernos socialistas. Hay que revisar el tema de las redes sociales, el efecto llamada, el cuidado de las familias y tener mayor presencia de psiquiatras, psicólogos y terapeutas.

Japón acaba de crear el Ministerio de la Soledad por el alza de los suicidios tras la pandemia. Quizá habría que pensar en crear en Asturias una consejería que se preocupase de los problemas de los jóvenes y los ancianos.

Una comunidad que entierra todos los años a casi cien personas por suicidios es una sociedad fracasada, que no sabe ilusionar a sus jóvenes ni cuidar a sus mayores.

No se puede resumir en un artículo el regalo y el milagro de la vida, lo que si se puede decir es que los gobiernos deben de luchar con todas sus fuerzas por mantenerla.

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