El voto útil: el género en las urnas

De cómo la ONU está imponiendo una nueva ética a través del lenguaje y de las leyes

Ángel Jiménez Lacave

Ángel Jiménez Lacave

Hace unas semanas se publicó la noticia de que un alumno había sido expulsado de clase por decir que había dos géneros: masculino y femenino. La medida me pareció exagerada ya que, aunque la gramática española reconoce cinco géneros (masculino, femenino, ambiguo, epiceno, común y neutro), la opinión del alumno no era errónea sino insuficiente.

A la hora de escribir este artículo pude acceder a la noticia completa, y comprobé que era en la camiseta de gimnasia donde constaba que había dos géneros. Le obligaron a quitarse la camiseta y tras negarse le expulsaron de la clase. A continuación llamaron a su padre, quien también apoyó su decisión. Por otro lado, Liam –es el nombre del alumno– reveló que ningún estudiante o personal le dijo que le molestaba lo que llevaba puesto. Al contrario, incluso afirmó que algún estudiante le dijo que lo apoyaban y que querían una camiseta igual.( Ver la noticia en https://andoc.es/un-joven-es-expulsado-una-camiseta-solo-hay-dos-generos/). Y prosiguió argumentando que tenía derecho a la libertad de expresión como ciudadano americano: "No me quejo cuando veo banderas del orgullo y carteles de diversidad colgados por toda la escuela, ¿sabéis por qué? Porque los demás tienen derecho a tener sus creencias al igual que yo".

En el diccionario de la RAE en su penúltima edición el término género incluye siete acepciones, aparte de la gramatical: género literario (novela, ensayo...), género musical (lírico, blues...), género de tejido (tergal, seda...) y en la clasificación de los seres vivos, género homo (al que pertenece la especie humana), y otras; pero ninguna acepción se refiere a la sexualidad. Y en cuanto al término sexo, el mismo diccionario de la RAE, distingue dos: el sexo masculino (hombre) y el sexo femenino (mujer).

Como ya expliqué en un articulo publicado en LA NUEVA ESPAÑA (LNE) titulado "¿Qué es eso del ‘género’?", este término es el caballo de Troya que esconde la ideología de "género". Lo interesante es que la tesis que propongo en mis artículos coincide con la del alumno expulsado y con la de Lázaro Carreter cuando dijo: "El término género es una agresión a la Lengua Castellana, ya que en la conferencia de la ONU en Pekín los traductores se guiaron por el doble significado que tiene en ingles "gender" y a partir de entonces empezó a utilizarse mas allá del concepto gramatical" (Ver J. M. Zarza y cols. en "Estudio de la violencia domestica").

Pero no solamente es una agresión a la Lengua Castellana sino una agresión a la antropología, a la visión de lo que es el hombre (el ser humano). En otro artículo publicado en LNE titulado "Los orígenes ideológicos de la ley ‘trans’", expuse las corrientes de pensamiento que dieron origen al nuevo concepto de "género". Los partidarios de tal ideología pretenden deconstruir el concepto de persona, que dicho en pocas palabras consiste en que cada uno, en vez de ser quien es, puede ser, incluso legalmente, lo que desee ser. Lo afirma Judith Butler, una de las cabecillas de la ideología de "género" y "queer", cuando dice: "Ser hombre o mujer no es algo que se es, sino que es algo que se hace". Por lo tanto cuando se habla de violencia, es obvio que existe la violencia contra la mujer, pero no "de género". Como ha quedado claro, el género –sin comillas– no es un elemento antropológico, y por lo tanto utilizarlo como tipo de violencia procedente de un ser humano (sea hombre o mujer), es una agresión a la lengua castellana y a la antropología.

El objetivo de este articulo es dar a conocer cómo la ONU está deconstruyendo la cultura occidental para crear una nueva. Y una de líneas de acción ha sido a través de la ideología de "género". En los años decisivos tras la caída del muro de Berlín y de la guerra fría (1989) la ONU se erigió en la única institución supernacional capaz de mejorar la vida del hombre en la tierra, creando una nueva ética, un nuevo orden mundial (ver libro, "Marión-ética", página 41). Tal proyecto se llevó a cabo a través de las denominadas conferencias mundiales de la ONU dedicadas a analizar y dar salida a los problemas del hombre como el medioambiente, la infancia, la población y, entre otros muchos, el de la mujer, que se trató en las conferencias del Cairo, de Pekín y de Yakarta.

Fue en la conferencia de Pekín (1995) en la que se impuso el término "género" en el sentido ideológico, no gramatical –por eso va entre comillas–, que expuse en los artículos publicados en LNE antes señalados. El encargado de poner en marcha este programa fue el secretario general de la ONU Kofi Anan.

¿De que trataban las conferencias sobre la mujer? El autor del libro "Historia de las ideas contemporáneas", M. Fazio, lo resumió en las siguientes palabras (p. 380): "A menudo me solicitan que en treinta segundos explique lo que vi en el Cairo y en Pekín. Arriesgándome a simplificar, contesto que observé que en las Naciones Unidas habitan personas que creen que lo que el mundo necesita es: menos personas, más placer sexual, la eliminación de las diferencias entre hombres y mujeres...", y prosigue diciendo: "... por lo tanto su receta para la salvación del mundo es: anticonceptivos gratis y aborto legal, promoción de la homosexualidad (sexo sin bebes), cursos de educación sexual para promover la experimentación sexual entre los niños... Esta es la perspectiva de "género" que quieren implementar en todos los programas a todo nivel y en todos los países".

Una de las derivas de esta nueva cultura es la implantación de talleres para la educación sexual a los niños llevados a cabo por los agentes de esta ideología. Y lo hacen a través de asociaciones subvencionadas por el estado, ajenas a los colegios, sin que los profesores puedan presenciar sus enseñanzas. Para no alargar el artículo solo señalare las declaraciones de una alumna de un colegio de Alicante que contó a su padre como ensañaban a practicar relaciones sexuales a chicas de 12 años. Existen en España otros hechos similares a este que no enumero para no alargar el articulo, salvo el ocurrido en Asturias: el "sexting positivo" (se trata de una guía para que menores de edad puedan enviarse fotos y vídeos eróticos de forma segura y tranquila).

En resumen, es evidente, por todo lo dicho en este escrito, que existen proyectos impulsados, en parte por la ONU, para implantar esta ideología. Pero el poder, el dinero y los socios que hay detrás de esta ética mundial es tan numeroso que aunque la ONU desapareciese el programa continuaría. Estamos en un momento oportuno para frenar esta tendencia: las elecciones. No todos los políticos son iguales, al menos sus programas no lo son. El voto útil consiste, según me dicta mi conciencia y la ética médica, en elegir a los candidatos que de forma clara y sin complejos sepan hacer frente a todo lo que ha ido imponiendo este nuevo poder mundial, especialmente al aborto, a la eutanasia y a la ideología de género que está sembrando una ideología y desvirtuando el desarrollo sexual de los niños.

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