Más novias para Barbón

Francisco García

Francisco García

A Adrián Barbón le salen novias inesperadas para acompañarle al altar presupuestario, al que acudirá del brazo de Izquierda Unida, organización con la que el presidente asturiano ya repartió la dote en razonable matrimonio. Podemos, en un brete de desaparición a causa de cuitas intestinas que recuerdan una versión cachicuerna del peor estalinismo, ofrece también su apoyo, ciertamente testimonial, al gobierno, como quien aguarda con el agua al cuello a que el líder socialista, en un gesto de caridad cristiana, le lance a la corriente un chaleco salvavidas. Todo sea por la unidad progresista, que no tiene por qué ser sinónimo de progreso, como hemos podido comprobar en el contubernio nacional habido y por venir.

Hasta Foro, tan testimonial en el Parlamento regional como los morados, se muestra dispuesto a ofrecer su exiguo escaño a Barbón, poniendo de manifiesto una curiosa transversalidad que sirve igual a un roto que a un descosido. De manera que a los foristas de último cuño resulta tan lícito apoyar al PSOE en el hemiciclo autonómico como no hacerle ascos a la muleta de Vox en el Ayuntamiento de Gijón, aunque haya sido el suyo un acuerdo con retruécano, de mear y no echar gota.

Puede que Foro ofrezca su voto presupuestario a Barbón a cambio de que el PSOE gijonés no le toque mucho las narices a Moriyón, lo cual se antoja a día de hoy una posibilidad insalvable. Socialistas y foristas son en la villa de Jovellanos enemigos irreconciliables. A los gijoneses les toca presenciar desde las gradas del coliseo cuatro años de esgrima y de boxeo, de batallas de gallos y de “pressing catch”. Lo reciente de Emulsa ha sido el aperitivo. Más adelante habrá más…

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