La madre que te parió

El arrepentimiento de la maternidad

Carles Francino

Carles Francino

–Papá, ¿soy un niño adoptado?

–Todavía no. Pero hay varias personas interesadas.

El universo tuitero, además de bulos y mala baba, rebosa ingenio de muchos usuarios. Y el humor ejerce de vaselina para acceder a temas de alto voltaje. Este ejemplo lo es, sin duda, porque la conversación imaginaria entre un chaval y su progenitor plantea el hartazgo –o la desesperación– que puede generar la crianza de los hijos. Ya se sabe: amor sin condiciones, atadura sin límites. Bromas aparte, este asunto ha regresado al debate público por la confesión de Karla Tenório, actriz y escritora brasileña, que admitió sin ambages sentirse arrepentida de la maternidad. Explicó que, para ella, su hija es la persona más importante de mundo, pero que si pudiera volver atrás no sería madre por las obligaciones y rutinas que comporta.

No hace tanto tiempo que expresarse en estos términos suponía poco menos que un estigma de por vida. Por eso creo que su salida del armario resulta muy oportuna ahora que conviven dos corrientes opuestas. Una, la del arrepentimiento, o el replanteamiento, que propulsó hace años, por ejemplo, el Club de Malasmadres al grito de "mucho sueño, poco tiempo, alergia a la ñoñería y ganas de cambiar el mundo". Y otra, secular, pero que ha adquirido nuevos bríos con la ola neoconservadora que nos invade, que promueve la maternidad casi como una obligación moral; y además, idealizada por influencers que comparten en sus redes sociales experiencias idílicas como madres. Y como esposas, claro, porque en el pack entra todo.

La verdad es que para muchas mujeres sigue siendo difícil aguantar la presión social de ser madre y el oscurantismo que envuelve todo lo relacionado con la maternidad, como la depresión posparto. Sin ir más lejos, un estudio de la Universidad de Jaén revela porcentajes preocupantes de mujeres que han tenido pensamientos suicidas después de dar a luz. O sea, que cuidado con los tópicos y los prejuicios. Y respeto máximo para las mujeres que deseen cagarse no en la madre que las parió, sino en los hijos que parieron. Por mucho que los quieran. No es incompatible.

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