Opinión

Leguina: cien mil trompos al año

Un hombre con suerte

Las dos mejores cosas que ha hecho Leguina en su vida son escribir la novela "Tu nombre envenena mis sueños" –verso de Cernuda–, que también fue película, y hacerse amigo de Ayuso. El periodismo tal vez sea decirle a gente que no sabe quién es Leguina que Leguina va a comenzar a cobrar 100.000 euros al año. Fue expulsado del PSOE en 2002 por pedir el voto para el PP. Ahora, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, lo premia haciéndolo miembro de la Cámara de Cuentas. Leguina presidió Madrid como socialista del 83 al 95 y luego se dio a la escritura: primero, de libros; más recientemente, de artículos contra Sánchez. Ahora a sus 83 años le ha caído una pensión, un chollo, una canonjía o momio. Ya se sabe que a lo máximo que puede aspirar un escritor es al Planeta o a la Cámara de Cuentas de una región. No se espera una gran aportación fiscalizadora de Leguina, aunque nadie está a salvo de un súbito ataque de ardor laboral o estajanovismo, un mal que con dieta y ejercicio y alejamiento de según qué estímulos y personas puede prevenirse a cualquier edad. A Leguina le tuvo uno, en sus años mozos de estudiante en Madrid, una gran simpatía por esa suerte de elegancia intelectual, demógrafo y colaborador de Allende, que destilaba; por esa elegancia semidescuidada de progre institucional. Por codearse con actrices de misterioso atractivo o saludable mundaneo.

Leguina engrosa la legión ayusista y está de nuevo efervescente y bigotón, con sus gafas de Lennon-Trotsky en los programas de la tele y las tertulias de la radio explicando cómo ve el país y la economía, que por muchos males que padezca ha logrado crearle a él un empleo bien remunerado.

A estas alturas del artículo ya ha detectado el perspicaz lector que nos mueve la envidia al redactarlo. Pero no solo por sus cien mil trompos anuales, también (o sobre todo) por escribir una novela y lograr que te la conviertan en película con Emma Suárez como protagonista. Y Carmelo Gómez, que tampoco es moco de pavo. No hay duda de que Leguina es un hombre con suerte y que a la hora postrera de la existencia, cuando la vida cruel te ajusta cuentas, a él lo hacen miembro de la Cámara de ídem, que es mucho mejor que una pensión y sin duda constituye una especie de beca con la que puedes ya escribir tranquilo o pasear por el Retiro hablándole a los gorriones de la verdadera faz de Pedro Sánchez.

Ayuso es buena devolviendo favores. Y ajustando cuentas.

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