De 50 vecinos encuestados hasta el momento, 49 no pueden ver la televisión. Ayer, en un negocio local, un grupo de llastrinas se afanaba en rellenar la encuesta que ha impulsado Víctor Hazas, vecino de Lastres y ex concejal por IU, con la que se pretende plasmar la desesperación de la mayoría de los vecinos, que, de un día para otro, han tenido que resignarse a vivir sin tele.

«Los antenistas me dijeron que sólo tengo posibilidades de tener señal si compro una parabólica satélite, que con mano de obra asciende a 1.000 euros», denunció Joaqui Joglar, vecina del barrio llastrín de Les Malvines. Los 40 vecinos de este barrio o no reciben la señal o la recepción es tan débil que hay canales que ven sin sonido.

Otros vecinos han logrado solucionar el problema, pero el precio que tuvieron que pagar a cambio fue cuantioso. Demasiado para muchos de ellos, la mayoría jubilados. Es el caso de Visitación Álvarez. Esta vecina de Lluces, al quedarse sin tele, llamó a un antenista y la solución llegó tras pagar 200 euros.

Pero estos casos son sólo dos de los múltiples ejemplos que pueden contabilizarse en la villa. La mayoría de los vecinos no dispone de servicio de televisión desde el pasado 17 de marzo. Veintitrés largos días desde que llegó el «apagón» analógico a Cantabria. Y es que la señal televisiva llegaba a Lastres desde hacía años desde el repetidor cántabro de Peñacabarga. Desde Asturias, nada. En los últimos días, el Principado ha aconsejado a los vecinos que dirijan sus antenas al Fitu. La mayoría ya lo ha hecho, pero la señal digital sigue sin llegar.

La desesperación comienza a apoderarse de los llastrinos. Un sentimiento justificado, ya que llevan casi un mes sin poder ver la televisión y sin que ningún responsable de la Administración regional les explique qué ocurre ni por qué no pueden recibir la señal digital. La respuesta que los técnicos están aportando a los vecinos cuando llaman desesperados para que miren sus antenas es la misma para la mayoría: «Señora, la señal no llega».

Una de las opciones que los llastrinos plantean como posible solución es la colocación de un reemisor en la antena de San Roque, situada al lado de la iglesia. Los vecinos se preguntan quién utiliza esa antena, ya que hay unas 10 parabólicas instaladas. Hazas solicitó esta semana al Ayuntamiento información sobre las empresas autorizadas para implantar antenas en dicha torre. La respuesta del Consistorio fue que «no consta ninguna licencia».