Llanes,

Emilio G. CEA

«Mi madre desde el cielo, quiere dar las gracias desde lo más profundo de su corazón a todas las personas que han demostrado tanto cariño hacía ella durante estos días. Sus hijos y sus nietos nos sentimos orgullosos de ella y de todo el aprecio que le tenían todas las personas que la han conocido». Llanes está de luto y llora la muerte de la popular quiosquera Lolina Muñoz Tocornal, fallecida el lunes en el Hospital Universitario Central de Oviedo a los 86 años.

Hablar de Lolina es hacerlo de una de las personas más queridas en Llanes, donde era toda una institución y donde gozaba de una enorme popularidad merced al quiosco que durante muchos años regentó, primero junto al Instituto de Llanes y después en la plaza de las Barqueras. Ayer, cientos de personas llenaron la basílica llanisca para dar su último adiós a Lolina y acompañar a sus familiares en estos duros momentos.

Definida por sus hijos como una persona «decidida, valiente, luchadora y con un enorme tesón», Lolina Muñoz, nacida en Llanes en 1926, comenzó a vender golosinas por las fiestas del concejo en la década de los años sesenta. Durante el invierno trabajaba como bordadora. La vida de Lolina cambió para siempre cuando una mañana fue a vender las golosinas que le habían sobrado durante el verano delante del Instituto de Llanes. Sacó 25 de las antiguas pesetas de las ventas y los chavales quedaron encantados. «¿Vuelves mañana Lolina?», le preguntaron varios, a lo que contestó: «Por supuesto».

Lolina instaló un quiosco con el prosperar de las ventas junto al Instituto. El negocio siguió creciendo y años más tarde abrió el popular quiosco ubicado en la plaza de las Barqueras, que hoy en día regentan sus hijas Loli y María. En este lugar comenzó a vender prensa y revistas, siendo una de las primeras distribuidoras de LA NUEVA ESPAÑA en Llanes.

Las muestras de condolencia se han sucedido en la villa desde que se conoció su fallecimiento. Sus hijos mostraban ayer con orgullo los pésames llegados de todas las partes de España y del mundo al correo electrónico del tanatorio de Llanes. La muerte de Lolina se ha sentido en Argentina, México, Bruselas o Eslovenia. «Muchas de estas condolencias son de ex alumnos del Instituto que conocían a mi madre, y que por razones profesionales se encuentran trabajando en estos lugares», aseguraba ayer su hijo José Manuel.

«Muchos nos recuerdan que mi madre, cuando vendía en el instituto, les fiaba dinero para el autobús, o para comprar algo de comer en los recreos. Era una persona muy generosa», aseguraba ayer su hija Loli. Lolina -que deja cuatro hijos y dos nietas- fue también una infatigable viajera, afición esta que cultivó con pasión después de su jubilación. La trayectoria de Lolina fue premiada en diciembre de 2009 por el Ayuntamiento de Llanes, siendo una de las galardonadas durante la gala de los premios de Turismo que cada año otorga el Consistorio llanisco.