Oviedo, Ramón DÍAZ

Sobran lobos en los Picos de Europa. Es la conclusión de la consejera de Agroganadería y Recursos Autóctonos, María Jesús Álvarez, que ayer presidió en Oviedo la última reunión del año del comité de gestión del parque nacional. Álvarez justificó la persecución del lobo en los Picos con la existencia en la zona protegida de seis grupos familiares, uno más que el año pasado, lo que supone, según indicó, una población «de entre 30 y 55 ejemplares» en el interior del Parque.

La Consejera destacó que el lobo ha vuelto a ocupar «la totalidad de los territorios tradicionalmente determinados en el ámbito del Parque», al recuperarse el antiguo grupo de Dobres, desaparecido hace unos años, con área de campeo entre Oseja de Sajambre (León) y Amieva. Para apuntalar la defensa de los controles de población del lobo en el único parque nacional español con presencia de esta emblemática especie, Álvarez subrayó que todos los grupos familiares de los Picos de Europa han tenido «reproducción constatada en la presente temporada».

Todos estos datos, recabados según la Consejera durante las tareas de seguimiento del lobo, suponen que la «situación biológica» de la especie es «adecuada», sobre todo a la vista del «notable reclutamiento de ejemplares juveniles» y de la «evolución de los daños en la temporada de pastos de 2011 y el inicio de la de 2012».

Según la Consejera, los daños al ganado y el aumento de la población lobera, junto a la reaparición de la especie «en la falda sur de la sierra del Cuera», fueron las que llevaron a realizar controles poblacionales en los Picos de Europa; controles que han sido recurridos ante los tribunales de justicia por varias asociaciones ecologistas y animalistas. En esos controles poblacionales, Álvarez indicó que se han abatido, hasta ahora, tres ejemplares, dos pertenecientes al grupo familiar de Cabrales-Tresviso y uno al de los Lagos. El pasado 9 de noviembre se dictaba una nueva resolución que permite abatir a tiros otros dos ejemplares, en lo que la Consejera calificó de «control por criterios biológicos de evolución poblacional de la especie».

Álvarez desveló, por otro lado, que el censo de rebeco realizado en julio de este año en el macizo occidental del Parque ha arrojado un total de 1.865 ejemplares. Esta cifra, unida a las del censo invernal del año pasado en el resto del Parque hacen que el número de rebecos se sitúe en torno a los 6.000, una cantidad «adecuada», según la Consejera, y que revela que la especie se está recuperando de la epidemia de sarna sarcóptica que la afecta desde hace más de una década.

En cuanto al censo del venado realizado en todo el territorio del parque, revela que la distribución de esta especie abarca fundamentalmente los municipios leoneses de Oseja de Sajambre y Posada de Valdeón, así como el cántabro de Camaleño. Se han contabilizado 624 ejemplares, lo que representa un descenso del 30 por ciento respecto a 2004. La Consejera destacó que la disminución del número de venados era uno de los objetivos que se habían marcado los rectores del Parque para «mantener el censo en un nivel adecuado» por criterios sanitarios y medioambientales, pues esta especie compite por el alimento con el urogallo, especie que está en serio peligro de extinción.