Ni rastro del lobo. La batida realizada ayer en la zona de Ilcéu y Ardisana, en el concejo de Llanes, concluyó sin resultado alguno, como todas las que se han celebrado este año hasta ahora en la comarca. La participación de casi un centenar de ganaderos y 15 guardas armados no sirvió para localizar a la pareja de lobos que, según los ganaderos y la Consejería de Agroganadería, campan por los montes de Llanes y Ribadesella y han provocado numerosas bajas en los últimos meses en las cabañas ganaderas de la zona, principalmente en el entorno de Santianes (Ribadesella).

La batida, en todo caso, sirvió para constatar el final, al menos momentáneo, del boicot a las batidas que habían decidido hace unas semanas los ganaderos de Onís y Cangas de Onís, al mostrarse en desacuerdo con el sistema de persecución del lobo elegido, pues reclaman la participación de monteros y cazadores profesionales.

El regidor de pastos de Cangas, Toño García Álvarez, explicó que la directora general de Recursos Naturales, Fina Álvarez, había solicitado colaboración a los ganaderos en una reciente reunión. Toño García Sánchez aseguró que los ganaderos decidieron dar «una nueva oportunidad» a la Administración.

Por su lado, fuentes de la Consejería indicaron que ayer no se observó «ningún rastro» de lobos en la zona batida. El fracaso de la actuación hará que Agroganadería estudie de nuevo las futuras actuaciones «con los afectados», indicaron las fuentes consultadas.

En la batida de ayer participaron ganaderos de los concejos de Llanes, Cangas de Onís, Onís y Ribadesella. La batida, que en un primer momento iba a partir de la zona de Puente Vallina, en Nueva, finalmente partió desde otros punto. El cambio de planes a última hora se debió a que un ganadero dijo haber visto a las nueve de la noche de la tarde del jueves a una pareja de lobos merodeando por la zona de Ilcéu, en el límite de Onís y Llanes. Los ganaderos, que portaban bocinas, partieron finalmente desde este lugar, de la zona de la cantera de Meré, del entorno de La Malatería y del Barracón.

«Aquí los lobos están a sus anchas» o «como sigamos así van a comer hasta a las gaviotas», fueron algunas de las frases que salieron de la boca de los ganaderos mientras esperaban, «walkie talkie» en mano, las instrucciones para comenzar las batidas. En Puente Vallina se presentaron dos ganaderos de Castilla y León. Sus nombres eran Santiago y Gonzalo Alcalde. Padre e hijo poseen una explotación ganadera en la localidad segoviana de Torrecaballeros y pasan unos días de descanso en Vidiago. «Venimos a ayudar en lo que podamos y a colaborar. El campo nos apasiona y siempre vamos con prismáticos para ver animales. Siempre que estamos por aquí vamos mucho por la zona de los Picos», manifestaron.

Gonzalo aseguró que ha vivido de primera mano el problema de los lobos. Poseedor de una explotación con mil doscientas cabezas de ganado vacuno de la raza avileña, recordaba los desvelos que tuvo que sufrir por culpa de los cánidos en el año 2008. «En un año llegamos a tener veintiocho bajas por este motivo. Tuvo que venir la patrulla lobera a realizar una batida porque aquello era una salvajada», explicaba Gonzalo. A día de hoy, en la zona de Torrecaballeros el lobo es un animal controlado. «La situación ahora es mucho más estable», indicó. «En nuestra explotación soportamos entre tres y cuatro bajas al año. Ésos son unos daños soportables», destacó.