Varios vecinos que se encontraban dando un paseo hallaron en la mañana de ayer a un hombre de 49 años pidiendo auxilio después de despeñarse con su vehículo por un desnivel de veinte metros. Un accidente que le provocó la fractura del brazo derecho y fueres dolores que obligaron los servicios de emergencia a trasladarle al Hospital Grande Covián de Arriondas.

Al parecer el vehículo se salió de la calzada y colisionó con un muro de escasa altura que sirve de guardarraíl en una de las zonas con mayor desnivel de la carretera a Espinaréu. La colisión del coche dejó destrozados alrededor de cinco metros de muro para que luego este se precipitas ladera abajo hasta que un árbol de grandes dimensiones detuvo la caída justo a la altura del final de un camino que da acceso a las fincas de la zona.

Según varios testigos, el hombre clamaba por una ambulancia, pero su estado no parecía grave. "Al principio nos parecía una broma porque no creíamos que nadie se pudiese caer de tan alto y seguir vivo", señalan las personas que alertaron a los servicios de emergencias del siniestro a las diez menos diez de la mañana.

Estas mismas fuentes afirman que el afectado, que conducía un Ford Fiesta blanco, matrícula O-9605-BH, no es conocido en la zona de Espinaréu, e incluso barajaron la posibilidad de que el siniestro se produjese bastantes horas antes. "Las manchas de sangre que tenía el accidentado no parecía que fuesen recientes por lo que no sería raro que todo ocurriera por la noche", apuntan.

Si bien el estado aparente del afectado no parecía grave, aseguran que el estado físico y anímico del varón no era ni mucho menos bueno. "Se quejaba de dolores muy fuertes y al mismo tiempo parecía como si estuviese un poco ido o desorientado, quizás por los efectos de la colisión", señalaron los presentes en los instantes del rescate. Debido al estado del paciente, tuvieron que sacarlo en camilla desde el lugar en el que se encontraba el vehículo hasta la ambulancia, estacionada en la carretera.

De todos modos, el lamentable estado en el que quedó el vehículo sorprendió a todos y cada uno que se pasaron por la zona, que coincidían en señalar que los efectos del siniestro podrían haber sido mucho peores. "Cuando ves el coche dudas mucho de que el conductor saliese con vida, así que puede hablarse de un milagro", declaró un vecino de Espinaréu.

Ahora quedar por ver como evoluciona el estado del herido, cuyo pronóstico era reservado a falta de más pruebas, además de cuál será el método utilizado para retirar el vehículo del lugar del accidente, pues la zona no parece de fácil acceso para grúas ni vehículos convencionales. Los numerosos árboles que rodean la zona podrían dificultar todavía más los trabajos para su traslado al desguace.