El periodista y gestor cultural llanisco Higinio del Río Pérez, colaborador de LA NUEVA ESPAÑA, pronunció en Cangas de Onís una conferencia sobre las vinculaciones de su concejo natal con la Segunda Guerra Mundial, titulada "Llanes: estelas y reflejos de una guerra lejana".

El conferenciante partió de una visión de la España de 1940, cuando el Gobierno del general Franco pasó en junio de la neutralidad a la no beligerancia. Era un tiempo en el que las romerías y verbenas estivales de Llanes se adornaban con banderitas de papel del Tercer Reich y en el cine Benavente se proyectaban películas de Florián Rey y Benito Perojo rodadas en los estudios berlineses de la UFA. Aquel año, combatientes republicanos llaniscos -el poeta Celso Amieva, entre ellos- permanecían recluidos en los campos de concentración franceses de Argelès-sur-Mer y Saint-Cyprien e intercambiaban cartas escritas en xíriga (el lenguaje de los tejeros) para burlar la censura impuesta por la Gestapo.

Alemania invadió la Unión Soviética el 22 de junio de 1941, y al poco tiempo se formó la División Azul, mandada por el general Muñoz Grandes. En el frente oriental, como recordó Del Río, brilló con luz propia el capitán José Llaca Álvarez, encuadrado en la Escuadrilla Azul y condecorado con la Cruz de Hierro tras derribar cuatro aviones rusos.

Del Río relató el accidente de un Junker JU-290/A7 el 30 de mayo de 1944, estrellado cerca de la localidad de Rusecu, en la parroquia de Vibañu, en el que perdieron la vida once alemanes. Antes de la guerra ya se había establecido, sin embargo, alguna conexión del concejo con el horizonte bélico europeo a través de la Legión Cóndor, una de cuyas unidades permaneció en Llanes durante dos meses y medio a partir del 5 de septiembre de 1937. Entre aquellos pilotos figuraba Adolf Galland (1912-1996), el más notable de los ases de la aviación alemana en el período nazi.

La misteriosa estancia en Llanes, entre mediados de 1945 y principios de 1946, de presuntos jerarcas nazis que huyeron de Alemania y buscaban una nueva vida en territorios amigos antes de trasladarse a América; o la posterior aparición en Llanes de personas que habían sido protagonistas del conflicto mundial, como el teniente coronel de las SS Otto Skorzeny (liberador de Mussolini en el Gran Sasso en 1943); o el apego vital y familiar de que dieron muestra los fotógrafos judíos Nicolás Müller y Jean-Jacques Lèvy (el primero en Andrín, y el segundo en Celoriu), una buena parte de cuyas familias perecieron en Auschwitz, fueron también abordados en la charla.