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Las inmobiliarias confían en sortear la crisis vendiendo segunda residencia en el campo

Las operaciones iniciadas antes del estallido de la pandemia no se han parado y las consultas continúan llegando: "Es un buen síntoma"

Albañiles trabajando en la construcción de un edificio en Llanes. EVA SAN ROMÁN

El sector inmobiliario confía en que la crisis sanitaria potencie la compra de segundas residencias en la zona rural. No en vano, en territorios con riqueza medioambiental como es el oriente de Asturias está habiendo una menor incidencia del virus, lo que sitúa a la comarca en un lugar "ideal" para ubicarse en períodos vacacionales o próximas jubilaciones. El turismo que valore por encima de otras cuestiones la naturaleza y la calidad de vida será, a juicio de los empresarios del sector inmobiliario, el mayor atractivo una vez superada la pandemia.

En lugares como Cangas de Onís, Llanes o Ribadesella las inmobiliarias continúan trabajando de forma telemática, adaptándose a los servicios que se les solicitan de la mejor manera que pueden. "Obviamente no podemos hacer visitas, y la gente no compra si no ve, pero es sintomático que continúen las consultas", coinciden.

Borja Cué, de inmobiliaria Veri Corral (Llanes), explica que las primeras semanas, una vez se decretó el estado de alarma, hubo una paralización casi total del sector, "una frenada en seco". Sin embargo, "el nivel de correos electrónicos y consultas ha vuelto a recuperar un ritmo no sé si igual que antes de la crisis, pero sí relevante teniendo en cuenta las circunstancias". La Semana Santa marcó en el caso de los llaniscos un punto de inflexión. "Seguramente en cómputos generales no vaya a ser un año como los anteriores, está claro, si antes trabajábamos bien 12 meses este 2020 trabajaremos bien 8. Se van a notar las ventas, pero no será la hecatombe", subraya.

Y esto tiene una explicación en la que, nuevamente, coinciden los empresarios consultados: "Nosotros dependemos en un altísimo porcentaje del turismo, vendemos viviendas de segunda residencia y a personas con un nivel adquisitivo medio-alto que, casi con seguridad, no notarán la crisis económica de una manera acentuada", explica Javier Rojo, de Rianorte, en Cangas de Onís.

En Ribadesella, Francisco Bonilla, de Inmonova, asume que el trabajo cotidiano es nulo en cuanto a que "responder mails lleva apenas unos minutos, y si antes recibíamos 15 diarios ahora son a la semana". Confía en la recuperación del sector y apunta a una revalorización de la zona costera y en plena naturaleza: "Antes nos consultaban por pisos y casas, pero ahora la mayor parte de las peticiones apuntan a viviendas en los pueblos que tengan un terreno, aunque sea pequeño", subraya. "La gente huye del colapso del cambio climático, hemos tenido clientes de Burgos o Toledo que buscan casas para venir los fines de semana a dormir", señala el cangués.

"Si a mediados del mes de mayo recuperamos la normalidad nos situaremos como un buen destino para invertir y comprar una segunda vivienda", prevé Roberto Rojo, de Rianorte, también en Ribadesella. En su caso, igual que sucede con Veri Corral en Llanes, ya hay promociones en marcha con la mayor parte de las viviendas vendidas porque el sector de la construcción se ha reactivado en la comarca después de llevar algún tiempo dormido.

En todos los casos, las operaciones de venta iniciadas antes de la crisis no han sido paralizadas, "de hecho ha habido algunas que se han agilizado" para poder contar con el inmueble cuanto antes. Eso, advierten, es un buen síntoma. Al contrario de lo que sucedió con la última crisis económica, los empresarios apuntan a que el impacto en la venta de vivienda será ahora menor. Entre otras cosas porque "el margen de bajada es mínimo". Los precios "tal vez se ajusten, pero no habrá grandes diferencias", subrayan.

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