Consagró su vida a los demás con su generosidad, altruismo, compasión y alegría, fue una mujer servicial y cargada de valores. El pueblo de Balmori (Llanes) despidió ayer apenado a Amparo Escalera Bustio, "Amparín", que falleció a los 90 años. "No hubo una casa en la que no aportara lo que tuviera, utilizaba su dinero para vestir a los niños de una familia, a llenar despensas con alimentos y litros de aceite. Pagaba las medicinas que recetaba el médico a algún enfermo y ella misma se encargaba de ponerle las inyecciones a quien fuera necesario. Amparín era así, una mujer buena, que dio todo por los demás y que si había necesidades acudía para satisfacerlas", recordaba triste Toni Cavada. Amparín había estudiado Magisterio, aunque nunca ejerció, "ella se dedicó a los demás". E.S.R.